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Disentir no es golpista

05 de febrero de 2012 | COLUMNA | Por: María Isabel Rueda


La justicia no puede ser tan arrogante como para asumir que quien discrepe de algo tan eminentemente conceptual como es la interpretación del derecho, lo que está es llamando a la desobediencia civil.

¿Estamos ante un fallo serio? Disiento. Y vuelvo a disentir.

El respetado abogado Yesid Reyes, hijo del magistrado Reyes Echandía, uno de los mártires del Palacio de Justicia cuya rectitud echa de menos todos los días este país tan judicialmente desafinado, afirma que controvertir el fallo del Tribunal Superior de Bogotá en el caso del coronel Plazas "es un irrespeto a la justicia". Pero la justicia no puede ser tan arrogante como para asumir que quien discrepe de algo tan eminentemente conceptual como es la interpretación del derecho, lo que está es llamando a la desobediencia civil.
Pues después de haber leído juiciosamente sus 968 páginas, uno descubre con terror que a un colombiano lo pueden condenar a 30 años de cárcel, como al coronel Plazas, con base en las siguientes pruebas: 1. Un casete de audio que se perdió. (Solo quedó la transcripción hecha por una juez que admite como persona seria no poder responder por la autenticidad del casete, dejado anónimamente en la silla de una cafetería.) 2. Un testigo al que la defensa jamás pudo contrainterrogar, aunque según el Tribunal "no es condición para ejercer el derecho de defensa que se pueda contrainterrogar a un testigo de cargo". (¡Qué barbaridad!) 3. Una diligencia de la que no quedó registrada la fecha en la que se realizó. "Es una irregularidad", dice el Tribunal, "pero se puede deducir de otras actuaciones". 4. Un testigo que dice llamarse Villamizar pero firma como Villarreal. "Una grave desatención de la Fiscalía", según el Tribunal, que "no impide concluir que declaró Villamizar y no Villarreal". 5. Un testigo que no puso su huella en su declaración. "La huella solo es exigible cuando el testigo no quiere o no sabe firmar." 6. Un testigo que sí firmó, pero con una firma que no coincide con su firma. Según el Tribunal, eso tampoco importa, porque "para cada acontecimiento ese testigo usa estampar una rúbrica diferente". Por favor. ¿Qué garantías hay de que un testigo semejante no fue suplantado?
Doctor Yesid: a mí me enseñaron otro derecho penal. Uno en el que pruebas tan endebles producen dudas que se deben interpretar a favor de la presunción de inocencia del reo, como lo hace uno de los tres magistrados del Tribunal que deja un salvamento de voto.
Pero hay otros motivos graves de disenso.
- El fallo concluye que había un aparato de poder al interior del Ejército encargado de realizar desapariciones. En el discurrir del fallo no encuentro probada semejante barbaridad.
- El Tribunal es una segunda instancia sobre el caso concreto del coronel Plazas. No entiendo de dónde sale su atribución de imponerle una condena subsidiaria, y sin ser sujeto procesal, al Ejército de Colombia, como es la de pedir perdón no sabemos a quién, que no figura en la tipificación del derecho colombiano.
- El presidente Betancur ha acudido siete veces en 26 años al llamado de la justicia, que jamás le ha podido probar, a este hombre dignamente retirado en la intelectualidad, su participación en una desaparición de ningún ser humano. Por lo tanto, es una necedad jurídica suponer que aquí cabe el sistema subsidiario de la Corte Penal Internacional.
¿Cuántos desaparecidos finalmente deja la recuperación del Palacio de Justicia? Durante 26 años se ha dicho que once.
En su fallo, el Tribunal de Bogotá dice que solo está confirmada la desaparición de dos, la guerrillera Irma Franco Pineda y el administrador de la cafetería, Carlos Augusto Rodríguez Vera, por las cuales "rebaja" la culpabilidad del coronel Plazas de once desaparecidos a dos.
El tercer magistrado ponente del Tribunal deja un salvamento de voto en el que dice que para él la única desaparición confirmada del Palacio de Justicia es la de la guerrillera Irma Franco.
¿Estamos ante un fallo serio? Disiento. Y vuelvo a disentir.
HABÍA UNA VEZ... Cuando a los bogotanos nos iban a construir una gran avenida longitudinal en el occidente.

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