28 de septiembre de 2011 | OPINIÓN| Por: GUILLERMO RODRIGUEZ
Un gran sector capitalino está alarmado,
preocupado y sorprendido por la notoria subida de Gustavo Petro, candidato del
movimiento Progresistas, quien aparece liderando la última encuesta de la firma
Cifras y Conceptos, publicada durante las últimas horas por los principales
medios de comunicación del país. Hecho escandaloso para quienes todavía tienen presente
su viejo historial que ahora quieren desempolvar. Los opositores a que el
excongresista sea elegido en ese ilustre cargo tienen presente sus primeros
pinitos en la vida pública nacional, que no comenzaron en la legalidad, sino en
la nómina de uno de los antiguos grupos guerrilleros de Colombia, el M-19. El
mismo grupo responsable de la toma del Palacio de Justicia el 6 de noviembre de
1985 que dejó casi un centenar de muertos, entre magistrados, empleados
públicos y visitantes. Hoy Gustavo Petro, el hombre que hizo parte de esa
organización criminal, gracias a un indulto por un proceso de paz aspira a ser
Alcalde de la capital de Colombia, mientras algunos militares están señalados
por defender la estabilidad del Estado.
Petro se ha ganado la simpatía de algunos
electores por sus denuncias de corrupción, como el carrusel de contratación de
Bogotá, pero otros creen que con ese antecedente no puede ni podrá aspirar a
cargos de elección popular ni tampoco celebrar contratos con el Estado, según
lo establecido en la reforma política del año 2009.
¿Quién le dará nuevamente el indulto político a
Petro para que no vea frustrado su propósito de ocupar el Palacio Liévano de
Bogotá? ¿Serán los electores que le darán el triunfo y que no tendrán en cuenta
el historial de este viejo exguerrillero, como lo han venido recordando algunos
concejales del partido de la U?, justo la colectividad política que apoya a su
principal contendor, Enrique Peñalosa.
¡Quién esté libre de pecado que tire la primera
piedra! Señor Petro, la ley se hizo para cumplirla y usted debe dar ejemplo,
¿acaso ese antecedente judicial no mancha su hoja de vida para aspirar a un
cargo público? Mientras usted denuncia casos de corrupción, (muy bien por
hacerlo) ¿por qué mira primero la paja en el ojo ajeno, en vez de mirar la del
propio?
¿Será que el 19 por ciento de bogotanos que
prefiere a Petro, según el más reciente sondeo, no tiene presente su viejo
expediente en un grupo ilegal que quitó la vida de centenares de inocentes y
que secuestró a muchos otros, incluyendo destacadas personalidades de la vida
nacional?
¿Habrá que hacer borrón y cuenta nueva, porque
es el señor Petro y él sí merece perdón, olvido, indulto y cargos públicos cada
cuatro años? Y aunque usted le ha hecho el quite a este tema por años, lo sigue
rondando aquel fantasma subversivo, el mismo que silenció la voz de vidas
inocentes y que minó con la tranquilidad de la institucionalidad.
¿Cómo hará para convencer al electorado y
demostrar que ese viejo expediente que lleva a cuestas quedó enterrado
verdaderamente en el pasado?
No engañe, ni se deje engañar. Si ha de cumplir
la ley comience ya, reconociendo que no puede aspirar a la Alcaldía cuando su
candidatura está en entredicho y en el ojo del huracán de quienes tienen bien
presente su antiguo historial. ¿Acaso no es la mejor manera de demostrar que
está en contra de lo que atenta contra la ley? La reforma política está hecha,
lo dice y hay que cumplirla para quienes están en la legalidad.
¿Qué hará usted, pedirá un indulto más para seguir
huyendo de los fantasmas del pasado?
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