17 de noviembre de 2011 | OPINIÓN | Por:
Gabriel
Harry H.
El periodismo comprometido y poco objetivo, desgraciadamente en la forma de hacerlo, envenenan el espíritu de lectores y oyentes, demostrando una amargura con el líder de todos los tiempos, el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
Al leer la columna escrita por el exvicepresidente Francisco Santos en EL
COLOMBIANO, se da uno cuenta de un mal que está regado en Colombia
drásticamente. Ese mal es grave y nos lleva a la ingratitud: la mala memoria.
Y para el tema que el Vice trata en su columna sí que preocupa, pero el personaje no está solo.
El exPresidente Álvaro Uribe Vélez es el mandatario de Colombia que nunca será olvidado, que hasta los más enconados enemigos tienen que reconocer la transformación que tuvo Colombia en tres temas fundamentales para el avance de un país que iba a la deriva, o mejor, al borde del precipicio, que en hora buena le llegó al país un timonel, que lo sacó adelante y hoy es viable. Quién, consciente, podrá olvidar dónde estábamos y en qué nos dejó el anterior mandatario.
Trataré solo algunas de sus políticas que han sido la mejor herencia que recibió el Gobierno de la Prosperidad Democrática, prosperidad que solo se consigue en los resultados y perdura siempre y cuando las sepan cuidar y no desfallecer para conservarlas.
Son ellas: la Seguridad Democrática, que mostró el resultado y gozamos con hechos que cuando hay voluntad, liderazgo y persistencia, nadie los puede desconocer.
La confianza inversionista: las cifras lo demuestran y fue el trabajo arduo de ocho años, ambientando internacionalmente, aun contra los opositores itinerantes que desacreditaban a Colombia en el exterior. Hoy los resultados no se pueden ocultar.
La cohesión social: sería perverso desconocer el progreso en cobertura de salud, en educación, en la niñez, en la vejez y en vivienda, aun con los limitados recursos.
Dice el doctor Santos en su columna que él acepta que esa amnesia en los bogotanos es justificable, pero que en los paisas no. No, doctor Santos, los sentimientos pueden ser iguales allá y acá, pero el resultado es el mismo.
Sentimientos políticos del Partido Liberal, de la izquierda y de muchos huérfanos de poder, orfandad que sufrieron más duro los bogotanos que los del resto del país.
El periodismo comprometido y poco objetivo, desgraciadamente en la forma de hacerlo, envenenan el espíritu de lectores y oyentes, demostrando una amargura con el líder de todos los tiempos, el expresidente Ávaro Uribe Vélez.
Hay que leer el libro escrito por Mario Conde en España para ver cómo manipula una cadena española vinculada económicamente a Colombia la información, la difamación y los ataques a ciertos personajes españoles, lo mismo ocurre acá. Pero doctor Santos, como en todo, la tempestad deberá pasar y la mayoría de los colombianos profesamos admiración, respeto, agradecimiento y el convencimiento de que líderes no salen todos los días y que aun con sus defectos, que son pocos, no lo olvida, excepto esas élites que se crecieron en su Gobierno y hoy lo desprecian.
Pero el pueblo lo sigue y es el pueblo el que cuenta a la hora de la verdad.
Y para el tema que el Vice trata en su columna sí que preocupa, pero el personaje no está solo.
El exPresidente Álvaro Uribe Vélez es el mandatario de Colombia que nunca será olvidado, que hasta los más enconados enemigos tienen que reconocer la transformación que tuvo Colombia en tres temas fundamentales para el avance de un país que iba a la deriva, o mejor, al borde del precipicio, que en hora buena le llegó al país un timonel, que lo sacó adelante y hoy es viable. Quién, consciente, podrá olvidar dónde estábamos y en qué nos dejó el anterior mandatario.
Trataré solo algunas de sus políticas que han sido la mejor herencia que recibió el Gobierno de la Prosperidad Democrática, prosperidad que solo se consigue en los resultados y perdura siempre y cuando las sepan cuidar y no desfallecer para conservarlas.
Son ellas: la Seguridad Democrática, que mostró el resultado y gozamos con hechos que cuando hay voluntad, liderazgo y persistencia, nadie los puede desconocer.
La confianza inversionista: las cifras lo demuestran y fue el trabajo arduo de ocho años, ambientando internacionalmente, aun contra los opositores itinerantes que desacreditaban a Colombia en el exterior. Hoy los resultados no se pueden ocultar.
La cohesión social: sería perverso desconocer el progreso en cobertura de salud, en educación, en la niñez, en la vejez y en vivienda, aun con los limitados recursos.
Dice el doctor Santos en su columna que él acepta que esa amnesia en los bogotanos es justificable, pero que en los paisas no. No, doctor Santos, los sentimientos pueden ser iguales allá y acá, pero el resultado es el mismo.
Sentimientos políticos del Partido Liberal, de la izquierda y de muchos huérfanos de poder, orfandad que sufrieron más duro los bogotanos que los del resto del país.
El periodismo comprometido y poco objetivo, desgraciadamente en la forma de hacerlo, envenenan el espíritu de lectores y oyentes, demostrando una amargura con el líder de todos los tiempos, el expresidente Ávaro Uribe Vélez.
Hay que leer el libro escrito por Mario Conde en España para ver cómo manipula una cadena española vinculada económicamente a Colombia la información, la difamación y los ataques a ciertos personajes españoles, lo mismo ocurre acá. Pero doctor Santos, como en todo, la tempestad deberá pasar y la mayoría de los colombianos profesamos admiración, respeto, agradecimiento y el convencimiento de que líderes no salen todos los días y que aun con sus defectos, que son pocos, no lo olvida, excepto esas élites que se crecieron en su Gobierno y hoy lo desprecian.
Pero el pueblo lo sigue y es el pueblo el que cuenta a la hora de la verdad.
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