24 de mayo de 2012 |Zona Franca| Por: PLINIO
APULEYO MENDOZA
Enigmas sobre el marco jurídico para la paz
Los políticos aprueban el marco para la paz. El ciudadano común lo mira como una oferta de impunidad a terroristas. Los militares no entienden, están en la lona.
Preguntémoslo sin
pasión: ¿qué espera el presidente Santos del "marco jurídico para la
paz"? ¿Qué puerta les abre a las Farc? ¿Cómo lo ven los militares, los
políticos y los colombianos rasos? Vale la pena despejar estos enigmas.
El Presidente
considera, sin duda, que al diseñar los instrumentos de una justicia
transaccional capaz de suspender o rebajar penas y abrir a los comandantes de
la guerrilla la opción de insertarse en nuestra vida política, se crean las
condiciones propicias para una negociación de paz. ¿Qué lo lleva a considerar
que hoy es factible esta opción? Pragmático como es, debe pensar que las
posibilidades de triunfo por la vía armada no existen ya ni para el Estado ni
para la guerrilla, de modo que el diálogo en busca de un acuerdo de paz sería
la única salida. Santos confía en su astucia de jugador de póquer para no ser
engañado por la guerrilla. Tal es su carta.
Las Farc, de su
lado, ven que hoy una desmovilización concertada puede abrirles una vía inédita
hacia el poder, a condición de reconocérseles que son, dentro de un conflicto
armado, fuerza beligerante y no terrorista y que sus comandantes, eximidos de
sanciones penales, tendrían derecho a ser elegidos. Esta salida, descartada por
ellos cuando sólo creían en las armas como vía hacia el poder, se sustenta hoy
en dos nuevos factores que les son favorables, uno hemisférico y el otro local.
El hemisférico es la comprobación de que líderes que comparten su ideología,
como Chávez, Correa, Evo Morales o Daniel Ortega, han llegado al poder por la
vía electoral y desde el poder buscan imponer un modelo socialista similar al
de Cuba.
El factor local, no
bien conocido por los colombianos, es la fuerza adquirida por los brazos
políticos de las Farc y, con la plata del narcotráfico, su astuta infiltración
en el Poder Judicial, en sindicatos, universidades y medios de comunicación.
Sus "opsic" (operaciones sicológicas) cubren blogs, tuits, redes sociales,
foros, marchas patrióticas, asonadas, paros cívicos, etc. Que estas acciones
pueden permitir a sus aliados llegar al poder lo demuestran los triunfos
electorales alcanzados en tres sucesivas elecciones en Bogotá.
Ahora bien, para
forzar diálogo con el Gobierno, las Farc, en vez de gestos conciliatorios,
cuentan más con el clima de incertidumbre creado en muchas regiones del país
por las diarias acciones terroristas de sus bien camuflados milicianos
bolivarianos. Su nueva inquietante demostración de fuerza ha sido el atentado
que estuvo a punto de acabar en Bogotá con la vida de Fernando Londoño.
Realizado con la maligna orfebrería propia de la columna Teófilo Forero,
obedece a su fórmula estratégica de que a mayor presión mayor concesión
(obtenida del Estado e incluso de una sociedad civil atemorizada).
Entre tanto, ¿qué
piensan del marco para la paz políticos, militares y ciudadanos rasos? Los
políticos, cuyos intereses se mueven a la sombra del poder, lo aprueban. Lo
vimos en la aplastante votación de la Cámara el mismo día del atentado
terrorista. Lo que el ciudadano común, sea vendedor ambulante, taxista,
oficinista o empresario, mira como una inadmisible oferta de impunidad a
terroristas cuyas principales víctimas son hombres, niños y mujeres de la
población civil, ellos, nuestros políticos, lo presentan como un triunfo de la
paz. Y todavía se preguntan quién quiso matar a Fernando Londoño. Los
militares, de su lado, no entienden nada. Están en la lona. "Perdón para
los terroristas -me decía un oficial- y para nosotros, suspendido el Foro
Militar, todos los riesgos de ser víctimas de una manipulación judicial: ¿para
qué combatir?".
Miremos, pues, esta
realidad sin dejarnos seducir por cantos de sirena.
Los políticos
aprueban el marco para la paz. El ciudadano común lo mira como una inadmisible
oferta de impunidad a terroristas: los militares no entienden, están en la
lona.
Publicado: Mayo 25, 2012
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1 comentarios:
INNCREDULIDAD y rabia es lo que sentimos los Colombianos de bien al ser traicionados por este judas de presidente,por el cual vote convencida que iba a continuar con la seguridad democratica del mejor Presidente que ha tenido y tendra Colombia; volvemos a la epoca de la "Patria Boba".Hay que recuperar el gobierno y todos los Colombianos a votar en contra de Santos si quiere reelegirse.
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