OPINIÓN| Por: MAURICIO
BOTERO CAICEDO | Publicado: enero 04, 2014
Algunos, como Cristina de La Torre (El Espectador, Dic. 17/13), pronostican la llegada de la izquierda al poder: “El desplome definitivo de su máscara justiciera provocó una sacudida capaz de catapultar la centro-izquierda hacia la Presidencia el año entrante (2014)… una tercería que, unificada, derrotaría al uribismo en la primera vuelta y le disputaría el poder a Santos en la segunda”.
Los mamertos, como los bon-bon-bum, vienen de todos los tamaños,
colores y sabores. Presumen de no convencionales, pero se visten todos con
atuendos inconfundibles.
Respetuosamente no comparto dicho vaticinio,
porque la inmensa mayoría de los colombianos no traga entero: la izquierda
—como lo ha demostrado en Bogotá— cuando llega al poder suele dedicarse al
saqueo, o a hacer gala de su incompetencia administrativa.
Para entender
al izquierdista es oportuno repasar el origen de la palabra mamerto: engendro
del economista Jorge Child, el mamerto era un apodo —más burlón que peyorativo—
que se refería a la imposibilidad de tragarse los discursos y escritos eternos
de varios de los líderes de la izquierda en la década de los sesenta: Gilberto
Vieira, secretario del PCC, y Filiberto Barrero, que era su mano derecha.
Los mamertos,
como los bon-bon-bum, vienen de todos los tamaños, colores y sabores. Presumen
de no convencionales, pero se visten todos con atuendos inconfundibles que se
pueden describir como ‘Calle del Cartucho Chic’, o la línea ‘Cuadrapicha’ de
Giorgio Armani; algunos osados usan prendas peculiares como la boina de Petro o
las camisas de ‘dependiente de peluquería de Nueva Delhi’ de Iván Cepeda. Son
generosos a su manera… Es decir, abnegadamente están dispuestos a repartir el
peculio ajeno. Firmes creyentes de que lo que unos tienen es porque se lo han
quitado a otros, el mamerto pretende no tanto abolir la envidia y la codicia,
sino repartir los bienes de las personas que la despiertan.
Es prudente
repasar otras variantes del mamerto:
—Los neomamertos: se trata de
una disidencia de los integrantes del partido político colombiano por
excelencia, el ‘neoportunismo’, partido que congrega a la abrumadora mayoría de
la clase política. Los neoportunistas, y los neomamertos comulgan con la
sentencia del filósofo mexicano: “Vivir por fuera del presupuesto, es vivir en
el error”. Es decir, la ‘mermelada’ es la que endulza la ‘tostada’.
—Los plutomamertos: algunos son
herederos de fortunas basadas en la construcción y en el agio; otros, abogados
de los “Colectivos” que se dedican a demandar al Estado en el exterior
(embolsillándose una tajada tan grande de las condenas que en justicia se les
debería llamar ‘chupasangres’); los ‘Jefes de Frente’ y el Secretariado de las
Farc, ambos enriquecidos con el narcotráfico; y finalmente los que se dedicaron
de tiempo completo a saquear las arcas públicas como los hermanos Moreno.
“Patrocinar al pobre ha sido siempre, en política, el más seguro medio de
enriquecerse”, afirmaba Gómez Dávila.
—Los ecomamertos: cargados de
fanatismo e ideología, los mamertos ecológicos creen que la naturaleza es un
remanso idílico, remanso que solo comprenden las culturas indígenas, sin darse
cuenta de que a través de la historia son precisamente esas culturas indígenas
las mayores depredadoras del medio ambiente. De agricultura entienden poco y se
ven en ascuas para explicar si la papa es un tubérculo, un furúnculo o un
testículo. Pero lo más grave es que no entienden una premisa elemental: son
precisamente los países que se vuelven ricos con base en explotar con
inteligencia sus recursos naturales como Canadá, los que más se preocupan por
el medio ambiente; mientras que los que colocan talanqueras al desarrollo
terminan convirtiéndose en basureros tóxicos como Zimbabue.
Este es un espacio de opinión destinado a columnistas, blogueros,
comunidades y similares. Las opiniones aquí expresadas pertenecen
exclusivamente a los autores que ocupan los espacios destinados a este fin
y no siempre reflejan la opinión o posición de LA OTRA MITAD DE
LAS VERDADES A MEDIAS.
Tweet |
0 comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios de usuarios anonimos llenos de odio y con palabras soéces y/o calumniadores, serán eliminados.