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Peláez y Gardeazábal agosto 1 de 2018
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Extradición, otra vez

Por: Rafael Nieto Loaiza.
Mayo 09 de 2010



Mockus anunció que extraditaría a Uribe y a Santos si así se lo pedían, sólo para afirmar después que no sabía que quién en última instancia decide las extradiciones es el Presidente de la República. Que Antanas diga no saber sobre el asunto es tan trascendental como su inclinación a extraditar al Presidente y al ex Ministro. Demuestra que no tiene memoria. Y no olvida lo trivial, sino asuntos fundamentales del pasado reciente: por la extradición el M-19 se tomó el Palacio de Justicia, asesinaron a Galán, afloró el narcoterrorismo, mataron dos ministros de Justicia y la fuerza pública ha puesto miles de muertos. ¿No se acuerda Mockus de semejantes acontecimientos y de sus motivos? Gravísimo.
Mockus, si le creemos, tampoco lee periódicos. La extradición es desde hace varios meses el objeto de una fuerte polémica entre Uribe y la Corte Suprema, reseñada en los medios.

En efecto, la Suprema viene dándole garrote a la extradición desde hace un par de años. En el caso de un guerrillero sindicado del secuestro de un extranjero, negó la extradición porque el delito se había cometido en Colombia. Después negó la de un narcotraficante porque había sido objeto de una condena, por otro delito, en nuestro país.

En ambas decisiones la Corte cambió su jurisprudencia, a favor de los bandidos y en desmedro de la cooperación internacional en la lucha contra el crimen. Limitó los escenarios de la extradición al de la ocurrencia del delito en otro país. Y permitió que los bandidos, al mejor estilo Ochoa, busquen procesos en Colombia para evadir la extradición.

Ahora la Corte niega extradiciones de narcos y paras porque con ellas “resultarían gravemente afectados los derechos de las víctimas y la sociedad colombiana que quedarían sin posibilidades de conocer la verdad y obtener reparación". Que no haya sustento jurídico para que la Sala Penal tome esas decisiones, no ha detenido a los magistrados. Las razones por las cuales la Corte puede negar la extradición están contempladas taxativamente en el Código de Procedimiento Penal y en ninguna de ellas está la “obligación de reparar” o de “contar la verdad”.

La Corte, además, se hace la de la vista gorda con el hecho de que en Colombia paras y narcos no han contado la verdad (ahí sigue campante Ernesto Báez) y no quiere entender que mantenerlos acá no sólo no garantiza que confiesen, sino que estimula a lo contrario. Los criminales no contarán la verdad o la demorarán una eternidad, porque saben que mientras tanto no serán extraditados. Lo mismo, y por las mismas razones, ocurre con la reparación.

La clave de la colaboración de los bandidos no es el lugar donde se encuentren, sino la presión que sobre ellos pongan las autoridades y los estímulos que se ofrezcan. ¿Por qué no amenazan los jueces a los resistentes a cooperar con la pérdida de los beneficios de la ley de Justicia y Paz? ¿Por qué no expulsan a quienes, advertidos, se rehusan a colaborar? ¿Por qué no recuerdan a los renuentes que pueden ser extraditados?

Pues no, nada de eso ocurre en la Administración de Justicia. En un mundo al revés, la Sala Penal se inventa nuevas excusas para negar extradiciones. Y nadie, ni a Mockus, que no recuerda y que no lee, parece importarle nuestra memoria histórica ni semejante retroceso en la lucha contra el crimen organizado. 

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