Por: Fernando Londoño
"En el caso del Palacio de Justicia todo se doblega ante la finalidad de convertir una derrota moral y militar inapelable en la monstruosa victoria que el narcoterrorismo de extrema izquierda tiene a la vista".
La sentencia que nos dejó en legado la juez Jara antes de salir para su dorado exilio en Alemania no puede ser examinada sino como parte de una estructura que integra. Un fallo tan loco como el que sirvió para condenar en primera instancia al coronel Luis Alfonso Plazas por los supuestos desaparecidos del Palacio de Justicia obedece a una consigna y se inserta en una compleja pero evidente trama de conspiraciones contra Colombia.
La guerrilla comunista llegó a tener casi media nación en sus manos. Pero ha sido derrotada. En 1985, con la toma del Palacio de Justicia, quiso poner al Presidente y a todo el orden constitucional a sus pies. Fue derrotada. Con sus alianzas putrefactas con la mafia se enriqueció fabulosamente y se armó hasta los dientes. Pero también fue derrotada. Así, de tentativa en tentativa y de frustración en frustración, ha llegado hasta la durísima condición que hoy enfrenta. Apenas le quedan unos puñados de cocaína y algunas remotas posibilidades para sembrar terror y construir el caos. Es muy poco para tan largo empeño.
Cerradas las posibilidades de los éxitos militares, se vienen abriendo paso esas fuerzas oscuras, que operan con alianzas extrañísimas y habrá de reconocerse que con sorprendente éxito, por entre los vericuetos de una guerra política, cada vez más agresiva y peligrosa.
Dentro de ese designio, ha visto a su alcance la posibilidad de condenar ante la Historia al Estado colombiano, por los trágicos hechos del Palacio de Justicia, de aquel lejano noviembre de 1985.
De su derrota en aquellas horas tan amargas, está sacando una espectacular victoria. Es lo mismo que ha venido trabajando con el escándalo de la llamada 'parapolítica', para arruinar la reputación del Congreso de la República, y con la 'Yidispolítica', una maniobra audaz y ruin para golpear directamente al presidente Álvaro Uribe Vélez.
La sentencia contra el coronel Plazas, si se la marginara de este proceso al que pertenece, sería casi folclórica. Veinticinco años después de aquellos acontecimientos, de investigaciones exhaustivas que condujeron a sentencias que hicieron tránsito a cosa juzgada, los parientes de los empleados de la cafetería han creído reconocer a sus deudos saliendo con vida del Palacio. No fue poco tardar cinco lustros para mirar mejor unas fotografías y unos videos que se conocieron desde el primer día. Centenares de miles de dólares por estímulo agudizan los sentidos. Lo demás lo han puesto la fiscal Ángela María Buitrago y la juez Jara. Tomando piezas de aquí y de allá, explicando silencios y omisiones de 25 años y arrimando al expediente testigos deplorables, han levantado este edificio lamentable.
El único desaparecido verdadero del Palacio de Justicia es un tal sargento Villamil, o Villamizar o Villarreal, que supuestamente rindió declaración en una inspección judicial practicada en la Escuela de Caballería, sin que nadie lo viera, sin que nadie supiera por dónde y cómo fue convocado a esa curiosa ritualidad, para perderse después en el vacío, sin dejar el menor rastro. La firma con que rubricó sus declaraciones es falsa, como no pudiera ser de otra manera, pero Villamil, o como se llame, que no estuvo en Bogotá por esos días, lo vio y lo oyó todo. Otros billetes que hicieron milagros.
El coronel Luis Alfonso Plazas es un accidente en el camino de una gigantesca operación política. Es posible que lo siga el general Arias Cabrales, también en el banquillo de los acusados contra todas las evidencias. Pero, en juicios de esta clase, las pruebas no sirven para nada, lo razonable enmudece y lo obvio no cuenta.
Todo se doblega ante la finalidad que se persigue, nada menos que convertir una derrota moral y militar inapelable en la monstruosa victoria que el narcoterrorismo de extrema izquierda tiene a la vista.
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La guerrilla comunista llegó a tener casi media nación en sus manos. Pero ha sido derrotada. En 1985, con la toma del Palacio de Justicia, quiso poner al Presidente y a todo el orden constitucional a sus pies. Fue derrotada. Con sus alianzas putrefactas con la mafia se enriqueció fabulosamente y se armó hasta los dientes. Pero también fue derrotada. Así, de tentativa en tentativa y de frustración en frustración, ha llegado hasta la durísima condición que hoy enfrenta. Apenas le quedan unos puñados de cocaína y algunas remotas posibilidades para sembrar terror y construir el caos. Es muy poco para tan largo empeño.
Cerradas las posibilidades de los éxitos militares, se vienen abriendo paso esas fuerzas oscuras, que operan con alianzas extrañísimas y habrá de reconocerse que con sorprendente éxito, por entre los vericuetos de una guerra política, cada vez más agresiva y peligrosa.
Dentro de ese designio, ha visto a su alcance la posibilidad de condenar ante la Historia al Estado colombiano, por los trágicos hechos del Palacio de Justicia, de aquel lejano noviembre de 1985.
De su derrota en aquellas horas tan amargas, está sacando una espectacular victoria. Es lo mismo que ha venido trabajando con el escándalo de la llamada 'parapolítica', para arruinar la reputación del Congreso de la República, y con la 'Yidispolítica', una maniobra audaz y ruin para golpear directamente al presidente Álvaro Uribe Vélez.
La sentencia contra el coronel Plazas, si se la marginara de este proceso al que pertenece, sería casi folclórica. Veinticinco años después de aquellos acontecimientos, de investigaciones exhaustivas que condujeron a sentencias que hicieron tránsito a cosa juzgada, los parientes de los empleados de la cafetería han creído reconocer a sus deudos saliendo con vida del Palacio. No fue poco tardar cinco lustros para mirar mejor unas fotografías y unos videos que se conocieron desde el primer día. Centenares de miles de dólares por estímulo agudizan los sentidos. Lo demás lo han puesto la fiscal Ángela María Buitrago y la juez Jara. Tomando piezas de aquí y de allá, explicando silencios y omisiones de 25 años y arrimando al expediente testigos deplorables, han levantado este edificio lamentable.
El único desaparecido verdadero del Palacio de Justicia es un tal sargento Villamil, o Villamizar o Villarreal, que supuestamente rindió declaración en una inspección judicial practicada en la Escuela de Caballería, sin que nadie lo viera, sin que nadie supiera por dónde y cómo fue convocado a esa curiosa ritualidad, para perderse después en el vacío, sin dejar el menor rastro. La firma con que rubricó sus declaraciones es falsa, como no pudiera ser de otra manera, pero Villamil, o como se llame, que no estuvo en Bogotá por esos días, lo vio y lo oyó todo. Otros billetes que hicieron milagros.
El coronel Luis Alfonso Plazas es un accidente en el camino de una gigantesca operación política. Es posible que lo siga el general Arias Cabrales, también en el banquillo de los acusados contra todas las evidencias. Pero, en juicios de esta clase, las pruebas no sirven para nada, lo razonable enmudece y lo obvio no cuenta.
Todo se doblega ante la finalidad que se persigue, nada menos que convertir una derrota moral y militar inapelable en la monstruosa victoria que el narcoterrorismo de extrema izquierda tiene a la vista.
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13 comentarios:
En un todo de acuerdo con su escrito dr. londoño, hay muchos jueces venales que están comprometidos con la mafia y con los asesinos, secuestradores y narcotraficantes de las farc, para dictar sentencias contra gente correcta que lo único que han hecho es servirle al país. Esperemos que los magistrados de las cortes, la fiscalía y los jueces comprendan que le están haciendo un daño incomensurable a colombia y que si no cambian de ideas y retornan a la pulcritud, nuestro país se verá abocado a problemas mayores, los cuales deberán ser arreglados por otras vias, ya que la de la honestidad está como muy lejos de aparecer.
Excelente artículo. Los fallos parcializados, el interés y persecución por juzgar a los m militares y miembros del gobierno, el vencimiento de términos para los terroristas y criminales, dejan mucho qué desear. Una monstruosa victoria del terrorismo, como bien afirma Fernando Londoño. El negocio le está saliendo bien a Iván Cepeda, quien debe estar orgulloso que el nombre de su padre esté en un frente terrorista, matando soldados y volando piernas a niños campesinos.
Señor Londoño, corrijo su inexactitud, la juez Jara no se exilio, ni siquiera ese eufemeismo cabe, lo correcto es que huyo con el botin, que le pagaron los tinterillos que contrato no el comunismos, otro error sino la izquierda con la perfida intencion de querer derrotar militarmente y moralmente a colombia.
Las verdaderas victimas el pueblo colombiano de bien no sabe pelear miren que hoy son victimarios de acuerdo con los colectivos de abogados y ongs que se enriquecen con los impuestos de los que hace 25 años eran las victimas. Busquen en internet los colectivos de abogados que llevan estos casos
lo ratas siempre actúan de Igual manera..que los amenazan...y comienzan con la repetida historieta..que recieron sufragios....que los siguen...que les amenazaron los hijos...llaman a los periodisats y lloran frente asus camaras..luego piden asilo...y se largan.....lo de la juez jara..no es nuevo....a esta vagabunda lño que le falta ...es que luego s econvierta en ...testigo estrella..como un tal pitirri..y el viloamizar..vilamil.,..o como se llame el sicario al que nunca nadie vio.
Aqui parece que el "no todo vale" si vale para los de la izquierda, que despues de 25 año retoma el doloroso caso del palacio de justicia tomado a sangre y fuego con dineros del narcotrafico (pagados por pablo escobar) a la narcoterrorista guerrilla del m-19 y hoy ademas de amnistiados les pagan astronomicas sumas de los impuestos de los trabajadores y sufridos colombianos a quienes incurcionaron en estos hechos.Dolor de patria siente colombia. Esto no vale para nadie señores izquierdistas
Los soldados y policias de colombia, arriesgan su vida todos los días para capturar criminales, entre tanto jueces y fiscales corruptos (aunque no todos), dejan en libertad a los asesinos, violadores, narcotraficantes, guerrilleros, auxiliadores de la guerrilla, malinterpretando la ley a su acomodo. sin haberse enfrentado en su vida a una mina quiebrapata o una rafaga de fusil, llenandose los bolsillos, con dineros mal habidos, y si alguien se atreve a decirles la verdad en su cara, lo primero que hacen es decir que recibieron amenazas contra su vida, siguiendo el ejemplo de los majistrados de la csj (también corruptos, y con sesgo).
La Condena contra el Coronel es una infamia.
Esto definitivamente es un descalabro para lo Colombianos de Bien, la izquierda y el grupo del m-19 hoy por hoy Polo dizque democratico estan detraz de todos estos montajes, un grupo al cual el gobierno deberia abrir los procesos contra todos y cada uno de los enemigos del pais y juzgarlos por uno de los grandes atropellos de la democracia, pagado por el narcotrafico. En esto siempre se ha sabido que los dineros oscuros estan detras de este genocidio y las grandes mentiras que promulgan los mitomanos de la izquierda. Unidos por una Colombia digna .
El caso mas patetico de los familiares del palacio de justicia..es el de rené guarin cortes...des`pues de 20 años "reconocio " reconocio asu herman por el qlo....vio por television que un soldado de la patria sacaba sobre el hombro ( Qlo por delante y cabeza ( que nunca se ve) hacia atras) a una mujer que vestia falda escocesa...rene guarin pregonó alos 4 vientos.....ese es el Qlo de Mi hermana...la fical Buitrago y la jueza jara...dijeron...siiiiii ese es el qlo de la hermana de nuestro camrada rene....y la verdadera dueña de esa falda escocesa...aparecio vivita y coliando..es una mujer que fue ascensorista en el palacio de justicia por la epoca de los hechos.. .......
Hoy existe una estructura muy bien diseñada por los colectivos de abogados u ongs que se encargan de lograr los que usted narra en su articulo doctor londoño. En algun buscador de internet, escriba forista la palabra colectivos y alli encontraran quienes ganan los casos como este.
Mientras los foristas pelean los colectivos de abogados se enriquecen con sus impuesto, ah colombia que boba eres
LOs colombianos debemos exigir del estado que se Investigue a fondo la procdencia de la jueza Jara y de su camrada Anhela maria buitrago..el fallo contra plazas es un claro favorecimiento a los terroriostas..ojo colombia...ojo con los ciminales y teroristas reinsertados del m-19, algunos de cuyos sicarios mantienen en estos foros
Que tristeza de justicia la colombiana. Una juez abrigada por los billetes verdes del Colectivo Alvear Restrepo, deja un fallo absolutamente contra evidente y sale con su sequito familiar a vivir con el dinero que a punta de fallos con testigos falsos y falsas imputaciones han logrado en todos estos años. Gracias Doctor Londoño por ese apoyo a los verdaderos heroes de esos aciagos dias de noviembre de 1985, cuando una banda terrorista puso en jaque nuestra democracia y fue derrotada. Lástima heroes por 3 días y villanos en los estrados.
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