14 de septiembre
de 2011 | OPINIÓN | Por: JOSÉ OBDULIO GAVIRIA
¿Por qué a unos montajes tan burdos se les da tantísimo eco? ¿No somos conscientes del daño moral que hacen al pueblo de Colombia semejantes tramas?
El Partido Comunista de Colombia y sus publicistas
suelen agredir a la sociedad colombiana con estas injurias: 1) Que el Estado
colombiano es en sí mismo una institución mafiosa y asesina. 2) Que sin las
armas es imposible hacer política en Colombia. 3) Que la existencia de las Farc es
esencial para que ellos puedan sobrevivir y es garantía para que avancen las
luchas populares. Para muestra, las famosas declaraciones de Piedad Córdoba en
México y el documento de saludo de Raúl Reyes al XI Seminario de los marxistas
leninistas en Quito.
Iván Cepeda es hoy, tal vez, el
principal vocero legal de los sofismas legitimadores de la 'insurgencia'. En la
web de 'Movice' (su oenegé), por ejemplo, se lee que ellos trabajan "en
torno a descubrir, denunciar y erradicar para siempre las estrategias, métodos
y modelos criminales desarrollados por el Estado, que se pretende perpetuar por
medio de la impunidad (y) para ayudar y organizar a las víctimas del terrorismo
de Estado en Colombia", ¡Así es!, ¡así dice!
Para obtener sus propósitos, Cepeda no
reconoce límites. Si el fin es tan loable, ¿por qué pararse en nimiedades como
la objetividad y la verdad? En anncol.net, página oficial de las Farc,
hay un video en el que Cepeda, con pinta de ayatolá, 'entrevista' en la cárcel
de Itagüí a un pelagatos que lo que más desea -anuncia con qué ingenuidad- es
gozar de los beneficios de la Ley de Justicia y Paz y para lograr eso es capaz
hasta de decir misa.
Cepeda lo presenta como el 'eslabón
perdido', como el testigo directo y presencial de que Álvaro Uribe, ex jefe del
Estado 'terrorista' colombiano, es, él mismo, un matón de vereda. Según el
estrafalario amigo de Cepeda, mientras Uribe ejercía la Gobernación de
Antioquia, se fue de pueblo en pueblo a buscar una mula de paso fino que
"le había robado un comandante del Eln (...) lo que le hizo dar mucha
rabia". Para acabar de asombrarnos, el gobernador Uribe, declarado por sus
conciudadanos como el mejor de toda su historia, sacaba tiempo -según Cepeda y
su nuevo Pitirri- para fundar con él y con 'Doblecero' un lejano frente de las
Auc.
Según Cepeda -nuevo vocero comunista- y
su carnal paramilitar y 'nuevo mejor amigo', a Uribe nunca lo han movido los
principios ni la fuerza de las ideas, sino el deseo de vengar un robo de
ganado. ¡Qué cuentos -como que piensan Cepeda y 'Alberto'- de seguridades
democráticas, amenazas terroristas, ejercicio firme de la autoridad y monopolio
de las armas por parte del Estado!
Cepeda es metódico y sistemático en su
tarea de desacreditar todo lo que sea capitalismo y progreso. Pocas semanas
antes hizo otro videoshow para presentar a esforzados empresarios antioqueños
como viles señores de la guerra y el despojo. Antioquia Presente, el grupo
empresarial antioqueño y varios otros profesionales del agro, fueron zaheridos
y calumniados por el inquisidor. Y no he oído una queja o una protesta de las
víctimas. ¡Lo que logra el terror!
Salta a la mente esta pregunta: ¿por
qué a unos montajes tan burdos se les da tantísimo eco? ¿No somos conscientes
del daño moral que hacen al pueblo de Colombia semejantes tramas? Es a la
conciencia de quienes se han convertido en caja de resonancia del vituperio que
encarnó en Cepeda, Córdoba, Reyes y sus demás secuaces, a quienes llamamos a la
reflexión.
Mientras tanto, ese acervo
infinito de pruebas que son los archivos de Reyes y Jojoy duermen el sueño de
los justos y no merecen ni una notica al margen en los medios ni ninguna
actuación de la justicia. O, mejor, actuación sí: se hacen imputaciones
criminales a quienes se atreven a denunciar a los políticos y sindicalistas que
hacen apología del terrorismo.
@JOSEOBDULIO
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