19 de mayo de 2012 |OPINIÓN| Por: RAÚL E. TAMAYO GAVIRIA
Mientras los Honorables Representantes, acosados por siete ministros con un"alud"de ofrecimientos, le obedecían al gobierno de la Prosperidad Democrática, las fuerzas tenebrosas de los terroristas trataban de acabar con la vida del valiente mosquetero de la libertad de prensa, el exministro Fernando Londoño Hoyos.
Parlamentarios
que fueron elegidos por los 9 millones que queremos la Seguridad Democrática de
Álvaro Uribe Vélez, se voltearon hacia el espejismo de la Prosperidad.
Un grupo de empleados
toma café en el sitio de descanso del trabajo. Uno de ellos lee en voz alta la
noticia del periódico:
- Alud deja cien muertos en la troncal de la Costa.
- Un compañero de mente distraída, comenta:
- ¡Huy qué turco tan malo, matar cien personas él solo!
- No fue un turco, menso, fue la naturaleza.
Si los representantes a la Cámara que esta semana aprobaron en sexto debate el proyecto presentado por el Gobierno para reformar la Constitución Política de Colombia, llamado Marco Jurídico para la Paz, lo hubieran hecho, distraídos con los ofrecimientos burocráticos del Gobierno, sería muy grave, porque con ello se convertirían en cómplices del desastre que se vendrá, con la amnistía de delitos contra los Derechos Humanos, para los jefes narcoguerrilleros que se harán acreedores al indulto y la elegibilidad a cuerpos colegiados, si se firma la Paz entre “don Próspero Santos", como lo llama la periodista Enoris Restrepo y las Farc y Eln.
Mientras los Honorables Representantes, acosados por siete ministros con un "alud" de ofrecimientos, le obedecían al gobierno de la Prosperidad Democrática, las fuerzas tenebrosas de los terroristas trataban de acabar con la vida del valiente mosquetero de la libertad de prensa, el exministro Fernando Londoño Hoyos, el adalid de la palabra en su Hora de la Verdad, que gracias a Dios se escapó de la muerte, pero quedó amargado por haber perdido sus dos valientes guardaespaldas, que ayer enterramos. Así respondió el narcoterrorismo el favor de los congresistas y el Gobierno de la Prosperidad, "así le paga el diablo a quien bien le sirve".
No entendieron los congresistas una fórmula de conciliación que propusieron varios representantes, para que siquiera se excluyeran los delitos atroces del indulto y el derecho a ser elegidos, aceptando las rebajas de penas y los demás beneficios que el proyecto dispone para los guerrilleros que se entreguen. Nada fue posible. Parlamentarios que fueron elegidos porque creímos que pensaban como Álvaro Uribe Vélez, tanto los de la U, como los conservadores, los elegimos los nueve millones que aspirábamos a que la Seguridad Democrática continuara y se nos voltearon hacia el espejismo de la Prosperidad, como el mismo "don Próspero Santos”.
Pero esperamos a que el proyecto se enderece al llegar a la Comisión Primera del Senado, y a la plenaria de esta Cámara Alta, cuando se le hagan las modificaciones que necesita para tranquilidad de todos y para evitar la caída en la Corte Constitucional. También esperamos que el doctor Fernando Londoño continúe guiándonos desde la radio en su Hora de la Verdad.
ÑAPA: Dijo el presidente Uribe que el odio de Darío Arismendi, de Caracol Radio, hacia él, es por no haberle otorgado un canal de televisión sin concursar. Yo le creo al doctor Uribe Vélez. No escucho a Darío, porque no creo en su objetividad, siempre ha sido parcial, inclusive cuando era conservador. Prefiero pensar en la grandeza y nobleza de su hermano Octavio, gran ministro, excelente gobernador y profesor de Harvard University. Mi jefe y amigo. También admiro a Ignacio, gran señor y maravilloso escritor, pero no falta el "patito feo".
- Alud deja cien muertos en la troncal de la Costa.
- Un compañero de mente distraída, comenta:
- ¡Huy qué turco tan malo, matar cien personas él solo!
- No fue un turco, menso, fue la naturaleza.
Si los representantes a la Cámara que esta semana aprobaron en sexto debate el proyecto presentado por el Gobierno para reformar la Constitución Política de Colombia, llamado Marco Jurídico para la Paz, lo hubieran hecho, distraídos con los ofrecimientos burocráticos del Gobierno, sería muy grave, porque con ello se convertirían en cómplices del desastre que se vendrá, con la amnistía de delitos contra los Derechos Humanos, para los jefes narcoguerrilleros que se harán acreedores al indulto y la elegibilidad a cuerpos colegiados, si se firma la Paz entre “don Próspero Santos", como lo llama la periodista Enoris Restrepo y las Farc y Eln.
Mientras los Honorables Representantes, acosados por siete ministros con un "alud" de ofrecimientos, le obedecían al gobierno de la Prosperidad Democrática, las fuerzas tenebrosas de los terroristas trataban de acabar con la vida del valiente mosquetero de la libertad de prensa, el exministro Fernando Londoño Hoyos, el adalid de la palabra en su Hora de la Verdad, que gracias a Dios se escapó de la muerte, pero quedó amargado por haber perdido sus dos valientes guardaespaldas, que ayer enterramos. Así respondió el narcoterrorismo el favor de los congresistas y el Gobierno de la Prosperidad, "así le paga el diablo a quien bien le sirve".
No entendieron los congresistas una fórmula de conciliación que propusieron varios representantes, para que siquiera se excluyeran los delitos atroces del indulto y el derecho a ser elegidos, aceptando las rebajas de penas y los demás beneficios que el proyecto dispone para los guerrilleros que se entreguen. Nada fue posible. Parlamentarios que fueron elegidos porque creímos que pensaban como Álvaro Uribe Vélez, tanto los de la U, como los conservadores, los elegimos los nueve millones que aspirábamos a que la Seguridad Democrática continuara y se nos voltearon hacia el espejismo de la Prosperidad, como el mismo "don Próspero Santos”.
Pero esperamos a que el proyecto se enderece al llegar a la Comisión Primera del Senado, y a la plenaria de esta Cámara Alta, cuando se le hagan las modificaciones que necesita para tranquilidad de todos y para evitar la caída en la Corte Constitucional. También esperamos que el doctor Fernando Londoño continúe guiándonos desde la radio en su Hora de la Verdad.
ÑAPA: Dijo el presidente Uribe que el odio de Darío Arismendi, de Caracol Radio, hacia él, es por no haberle otorgado un canal de televisión sin concursar. Yo le creo al doctor Uribe Vélez. No escucho a Darío, porque no creo en su objetividad, siempre ha sido parcial, inclusive cuando era conservador. Prefiero pensar en la grandeza y nobleza de su hermano Octavio, gran ministro, excelente gobernador y profesor de Harvard University. Mi jefe y amigo. También admiro a Ignacio, gran señor y maravilloso escritor, pero no falta el "patito feo".
Publicado: Mayo 19, 2012
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