1 de mayo de 2012 | OPINIÓN | Por: JOSÉ OBDULIO GAVIRIA
Ya verá Santos si es importante o no atender lo que piensan Uribe y sus 9 millones de electores, que creyeron que él era la continuidad de Uribe.
OK, presidente Santos; no le preste atención a Uribe. Más fácil
hará la tarea de su contendor para derrotarlo en el 2014.
Corría el año 1555.
Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, quería el descanso;
estaba agotado. No eran épocas en que el liderazgo se definiera, como hoy, por
ideologías o con la defensa de una plataforma de gobierno.
El relevo era
dinástico. No hubo, por tanto, necesidad de hacer campaña electoral para
reclamar del pueblo la renovación del mandato programático, sino que Carlos V,
omnímodamente, designó a sus sucesores: Felipe para España; Fernando para el
imperio Habsburgo. Y ¡a descansar se dijo!
Carlos fue llevado
en silleta a un monasterio (Yuste) en la España profunda y allí se recluyó como
un cartujo. Después de que había ostentado el poder absoluto, se fue a oír
misas, contemplar los paisajes, leer textos devotos, armar y desbaratar
relojes, y a comer, comer y comer.
Por lo que dijo hace
poco el presidente Santos a El País de España, se deduce que él cree que los
líderes de hoy debieran tener la misma angustia vital de los jefes dinásticos
de hace 500 años: tener un hijo que lo suceda.
Parece que para él
lo importante fuera el nombre del sucesor, aunque piense diametralmente
diferente, y no lo que ese sucesor se proponga realizar. Parecería que Santos
cree que a él se lo escogió para garantizar la continuidad de los privilegios y
canonjías de la dinastía, no para continuar una tarea al servicio de la patria,
como la que Uribe venía moldeando sin importar sacrificios.
Dijo Santos que no
ha podido entender la postura de Uribe. "Se ha vuelto un crítico de lo
humano y de lo divino -dice-, a quien nada de lo que hace el gobierno Santos le
parece bien." Hasta ahí, habló Santos como comentarista; luego entró a
hacer filosofía política: "Me decía un amigo suyo (de Uribe) que lo que
pasa es que todavía no ha asimilado que dejó el poder". Y sentencia,
infatuado y soberbio: "Pues para bien de él y para bien mío y del país
espero que lo asimile pronto". Después burea con que "yo ya estoy
vacunado; al principio todo esto me afectaba, pero después de treinta twitters
diarios me he vuelto inmune; le presto poca atención; hay cosas más importantes
que atender".
Pues ya verá Santos
si es importante o no atender lo que piensan Uribe y sus 9 millones de
electores, que creyeron poder poner en sus manos la continuidad de una obra de
gobierno.
No es un misterio
que, para engañar a los votantes, el equipo de publicistas de Santos hizo que
un actor, que imitaba a la perfección la voz de Uribe, asegurara que sí, que él
no sería un traidor (como insistentemente dictaminaban, felices, Daniel Coronel
y Felipe Zuleta), sino un epígono leal del constructor de la política de la
Seguridad Democrática.
Recordemos que en
marzo del 2010 nadie creía que Santos fuera el líder del uribismo. ¿Pruebas? La
campaña Santos, liderada por enemigos de Uribe, creyó que podía triunfar
saliéndose de la línea uribista. Lo ensayaron y en un santiamén Santos se puso
por debajo de Mockus en las encuestas. Recuerdo la cantinela del sanedrín de
Santos: ¡es que Uribe es Uribe y Santos es Santos! Y recuerdo lo que les
respondieron: ¡Santos es nadie! ¡Si no regresan inmediatamente al uribismo,
están perdidos!
OK, presidente
Santos; no le preste atención a Uribe. Más fácil hará la tarea de su contendor
para derrotarlo en el 2014. Hay evidencia estadística de que la entrada en
barrena de su imagen es directamente proporcional al hecho de que Uribe lo
declaró ya enemigo número uno de sus tesis, de su plataforma y de su programa.
¡Ah! Y creo que pierde el tiempo aconsejándole que se jubile prematuramente. Él
a quien menos se parece es a Carlos V. Antes, hoy y siempre, ha tenido por
lema: ¡trabajar, trabajar y trabajar!
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1 comentarios:
Estoy totalmente de acuerdo Doctor Jose Obdulio con usted, que bueno volver a saber de Usted, tuve el placer de conocerlo en el Aeropuerto de Rionegro hace poco mas de un mes, en la sala de avianca (de pronto me recuerda). Cuente con todos los que apoyamos a Uribe en la equivocada elección de santos, debemos reasumir las riendas de este pais sin jinete, para que volvamos a ser lo que Uribe nos dejó, una patria progresista y progresiva, un abrazo
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