Opinión| 19 Abr 2010 - 4:31 pm
Por: Hernán González Rodríguez
Al promediar dos encuestas, la del Centro Nacional de Consultoría con la de Napoleón Franco, ambas del pasado 14 de abril, con el fin de compararlas luego con otra anterior de Napoleón Franco del 25 de marzo, llego a las siguientes conclusiones sobre la intención de voto para Presidente.
Juan Manuel Santos descendió en tal lapso del 36% al 33%, espero que vuelva a ascender. Mockus saltó, entre tanto, del 9% al 25%, no espero cambios significativos en él. El gran promedio de Noemí se había mantenido estable en un 16% aproximadamente, pero en la última encuesta de Napoleón Franco cayó al 12%. Rafael Pardo, Gustavo Petro y Germán Vargas Lleras, ninguno de ellos supera hoy el 10% ni con la suma a su favor de los márgenes de error.
De acuerdo con lo anterior, muy posiblemente, Santos y Mockus pasarían a la segunda vuelta. Pero tan insuficientes porcentajes sugieren la necesidad de apresurar las alianzas antes del 30 de mayo con el fin de asegurar más del 50% de los votos en la primera vuelta por la Presidencia. Y algo más, para poder gobernar luego con mayorías en el Congreso y cumplir las promesas de campaña.
Como consecuencia de lo anterior, proponen algunos que Pardo renuncie pronto y que el liberalismo nombre como su jefe al joven Aníbal Gaviria para que realice una coalición programática con el uribismo de Santos. Con Germán Vargas Lleras se perfilaría otra alianza similar con el propósito de reunificar el Partido Liberal, y por fuerza de las tendencias descritas, salvar al país de arriesgadas aventuras.
Aventuras, sí, porque a los enfermos de párkinson como el señor Mockus les aconsejan los médicos continuar con sus actividades habituales. Pero ser Presidente de Colombia no es una actividad habitual ni exenta de tensiones e incertidumbres para nadie.
Además, no cuenta Mockus con mayorías en el Congreso, ni posee habilidades para negociarlas, como lo demostró con el Concejo de Bogotá. O sea, no garantiza poder solucionar crisis. Y Fajardo, como alcalde de Medellín cumplió a medias, porque ocultó basura bajo el tapete con sus pactos con la delincuencia. Una eventual Presidencia suya lo colocaría en "su nivel de incompetencia".
Infortunadamente, el ala del dividido Partido Conservador que lidera la candidata Noemí Sanín ha realizado ya todo lo impensable para impedir renovar o prologar la alianza que existía con el uribismo, con la arremetida reciente de su jefe, el ex presidente Andrés Pastrana, contra Juan Manuel Santos y contra el Ejército, al acusarlos sin mayores pruebas del asesinato de 2.000 colombianos, los “falsos positivos”. Asesinatos sí se presentaron, seguramente, mas no de tal magnitud, y lejos de cuanto toleró él con su Caguán.
Para el ex presidente Pastrana, ignorante de nuestra Historia, poco pesan las alianzas entre conservadores y liberales que salvaron al país, como cuando Miguel Antonio Caro apoyó a Rafael Núñez, cuando Mariano Ospina y Laureano Gómez apoyaron a Alberto Lleras y como cuando el partido conservador apoyó a Álvaro Uribe. Las consecuencias de no renovar la alianza con el uribismo podrían resultar ser fatales para el propio Partido Conservador.
No olviden señores del Directorio Conservador que consultas para elegir candidatos por medio del acceso al voto abierto para todos los partidos ensombrecen la legitimidad de tal procedimiento. Los conservadores respondieron muy bien para elegir Congreso y ahora no parecen estar tan entusiasmados con la aislada señora Noemí por culpa de la miopía de sus jefes.
De acuerdo con lo anterior, muy posiblemente, Santos y Mockus pasarían a la segunda vuelta. Pero tan insuficientes porcentajes sugieren la necesidad de apresurar las alianzas antes del 30 de mayo con el fin de asegurar más del 50% de los votos en la primera vuelta por la Presidencia. Y algo más, para poder gobernar luego con mayorías en el Congreso y cumplir las promesas de campaña.
Como consecuencia de lo anterior, proponen algunos que Pardo renuncie pronto y que el liberalismo nombre como su jefe al joven Aníbal Gaviria para que realice una coalición programática con el uribismo de Santos. Con Germán Vargas Lleras se perfilaría otra alianza similar con el propósito de reunificar el Partido Liberal, y por fuerza de las tendencias descritas, salvar al país de arriesgadas aventuras.
Aventuras, sí, porque a los enfermos de párkinson como el señor Mockus les aconsejan los médicos continuar con sus actividades habituales. Pero ser Presidente de Colombia no es una actividad habitual ni exenta de tensiones e incertidumbres para nadie.
Además, no cuenta Mockus con mayorías en el Congreso, ni posee habilidades para negociarlas, como lo demostró con el Concejo de Bogotá. O sea, no garantiza poder solucionar crisis. Y Fajardo, como alcalde de Medellín cumplió a medias, porque ocultó basura bajo el tapete con sus pactos con la delincuencia. Una eventual Presidencia suya lo colocaría en "su nivel de incompetencia".
Infortunadamente, el ala del dividido Partido Conservador que lidera la candidata Noemí Sanín ha realizado ya todo lo impensable para impedir renovar o prologar la alianza que existía con el uribismo, con la arremetida reciente de su jefe, el ex presidente Andrés Pastrana, contra Juan Manuel Santos y contra el Ejército, al acusarlos sin mayores pruebas del asesinato de 2.000 colombianos, los “falsos positivos”. Asesinatos sí se presentaron, seguramente, mas no de tal magnitud, y lejos de cuanto toleró él con su Caguán.
Para el ex presidente Pastrana, ignorante de nuestra Historia, poco pesan las alianzas entre conservadores y liberales que salvaron al país, como cuando Miguel Antonio Caro apoyó a Rafael Núñez, cuando Mariano Ospina y Laureano Gómez apoyaron a Alberto Lleras y como cuando el partido conservador apoyó a Álvaro Uribe. Las consecuencias de no renovar la alianza con el uribismo podrían resultar ser fatales para el propio Partido Conservador.
No olviden señores del Directorio Conservador que consultas para elegir candidatos por medio del acceso al voto abierto para todos los partidos ensombrecen la legitimidad de tal procedimiento. Los conservadores respondieron muy bien para elegir Congreso y ahora no parecen estar tan entusiasmados con la aislada señora Noemí por culpa de la miopía de sus jefes.
| Tweet |
.png "English"){kind=small}
0 comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios de usuarios anonimos llenos de odio y con palabras soéces y/o calumniadores, serán eliminados.