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¡BIENVENIDO, GRAN COLOMBIANO!

OPINIÓN| Por: CRISTINA DE TORO | Publicado: septiembre 22, 2013 

El palpable nerviosismo que ha despertado la noticia en el sector oficial, es muy comprensible. Claro. Llegó el propietario de los votos que indebidamente utilizó el presidente Santos, a reclamar lo suyo y eso los tiene muy inquietos.
De allí que aquellos medios de comunicación que están embadurnados de mermelada y, por ende, sometidos, hayan emprendido un virulento ataque de críticas contra el Expresidente y contra muchos de los miembros del grupo acompañante.
La noticia del regreso del expresidente Uribe a la plaza pública fue recibida con mucho optimismo, no solamente por sus seguidores colombianos que somos una abrumadora mayoría, sino también, por los países democráticos de América Latina, que ven con preocupación cómo, de seguir las cosas como van, en poco tiempo Colombia quedará a merced de los narcoterroristas y sus filiales del Socialismo del Siglo XXI, presa fácil para su voraz apetito expansionista (ideológico y territorial), como el que han mostrado Cuba, Venezuela y ahora Nicaragua.

Alivia saber, entonces, que el ciudadano Álvaro Uribe Vélez, renunciando a los honores y a la comodidad de su condición de expresidente, vuelve a postularse para el Senado con el fin de abanderar el proyecto que pretende defender los intereses de la Nación. Para devolverle la confianza y la dignidad al país, para "ayudar a enfrentar el deterioro de la seguridad, la creciente incertidumbre de la inversión, el estancamiento de la política social (…) el derroche de los recursos oficiales y el abandono del diálogo popular sustituido por el riesgo de entrega del país al terrorismo y al castro-chavismo" (postulados consignados en el comunicado de su lanzamiento oficial).

Y, para esa loable y compleja empresa se someterá como lo exigen las leyes, bueno, las que rigen para todos menos para los protegidos de Santos, a la elección popular, acompañado de un grupo de personas decentes, idóneas y, sobre todo, leales a él y a sus doctrinas. Personas que, aunque carecen de recorrido electoral, como anotan sus mordaces críticos, sí cuentan con un excelente bagaje de experiencia en el sector privado y representan diferentes regiones de la geografía nacional. 

El palpable nerviosismo que ha despertado la noticia en el sector oficial, es muy comprensible. Claro. Llegó el propietario de los votos que indebidamente utilizó el presidente Santos, a reclamar lo suyo y eso los tiene muy inquietos. De allí que aquellos medios de comunicación que están embadurnados de mermelada y, por ende, sometidos, hayan emprendido un virulento ataque de críticas contra el Expresidente y contra muchos de los miembros del grupo acompañante. Sin embargo, olvidan que muy buena parte del poder ya no está en los medios, sino en las nuevas tecnologías, donde se mueven grandes masas.

Ese respaldo irrestricto que los millones de esperanzados colombianos daremos en las urnas al expresidente Uribe será, a su vez, un mensaje lapidario para el presidente Santos. Sí. Será la forma en que le expresaremos cuánto nos ha dolido su engaño. Cuán hartos estamos de sus solapadas jugarretas políticas con fines meramente personales. Hartos de su vanidad, de su apatía y de sus fingidos acercamientos al pueblo. Hartos de su falta de pudor para revivir y luego entronizar algunos de los 8.000 vergonzosos cadáveres políticos (incluido el elefante). Hartos de la ineptitud de su Gobierno que no hace más que dar palos de ciego. Hartos además, de las piruetas populistas que hace cada que necesita subir sus índices de favorabilidad, como por ejemplo: las recientes bravuconadas patrioteras por el problema con Nicaragua. Creíbles, tal vez, si las hubiera hecho hace nueve o diez meses, cuando era menester.

En fin, en buena hora renace, pues, la esperanza de que nuestro país vuelva a tomar el camino que jamás debió haber abandonado. ¡Bienvenido, Gran Colombiano….
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