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'Sacar' al Presidente

09 de Noviembre del 2010 | Zona Franca | Por: José Obdulio Gaviria  

¿Quién en sus cabales iba a calcular los alcances mefistofélicos de ciertos magistrados?

Una aguda dirigente política, que cuando habla parece que escribe con buril sobre metal, dijo en Casa de Nariño que yo vivía muy tranquilo, pues tenía muchos amigos y pocos enemigos. Hizo una pausa e informó: solo le conozco dos: las Farc y la Corte.

De las Farc me he defendido. De la otra, ¡válgame Dios! ¿Quién en sus cabales, que no sea un suspicaz compulsivo, iba a calcular los alcances mefistofélicos de ciertos magistrados? ¿Quién imaginaría que Sale, Mancuso, Ascencio y demás no eran casos aislados, sino evidencia de unas reglas de conducta, o, mejor, de falta de ellas?

Reconozco la derrota. Con su 'captura' de la Fiscalía para convertirla en instrumento de persecución a la cúpula gubernamental, la Corte nos puso contra las cuerdas. Con la trapisonda jurisprudencial y 'doctrinaria' del presidente (e.) de definirnos como una "empresa criminal" asentada en Casa de Nariño, y con meternos a todos, como en un costal, en investigación por concierto para delinquir, nuestros perseguidores quedaron eximidos del respeto al in dubio pro reo y de demostrar la responsabilidad y el dolo de cada sindicado.

La capacidad de maniobra para convertir irregularidades en proezas y concentrar la mirada inquisidora de los medios en quienes se atrevan a hacerles preguntas a los magistrados es cosa de maestros (del mal). Hacer desaparecer, como por ensalmo, el artículo de Semana sobre el "mecenas de la justicia" y la pachanga viajera de ciertos magistrados con Sale y Ascencio son artes dignas de Houdini.

Pusieron a todos a investigar de dónde salió una foto que era pública y nos hicieron olvidar hasta el título del informe. Quien haya ideado semejante picardía merece, sobrado, el Óscar de la Academia por 'efectos especiales'. Songo zorongo, nos aplicó la estratagema 37 de Schopenhauer en su libro Arte de tener razón sin tenerla: "Cuando el adversario (en este caso Semana), llevando de hecho razón, ha tenido la mala suerte de elegir para su defensa una prueba inadecuada que podemos invalidar fácilmente, damos con eso todo el asunto refutado".

¿Cómo lograron meter en campana neumática el informe dominical de El Espectador sobre las "intimidades de la Corte"? La indignación (legítima) porque alguien fisgoneó (ilegítimamente) en oficinas de la justicia, hizo olvidar a la prensa estas preguntas (legítimas): Magistrado Yesid, ¿usted tiene pruebas de que el Presidente lo mandó amenazar de muerte? ¿Por qué no lo denunció? Magistrado Velásquez, ¿buscó 'pruebas' contra el Presidente sin ser usted competente? ¿Ese no es el delito que indilgan y por el que encarcelaron a un justo como es Aranguren? Magistrados todos, ¿ustedes ordenaron congelar las indagaciones contra los parlamentarios farosos? ¿Acaso, porque la motivación de su conducta es altruista? Magistrado Sigifredo, ¿dijo que había que darle una estocada al Presidente a través del fallo contra Mario Uribe? ¿Habló de hacerle escándalos al Presidente y de perseguir a su hijo? ¿Propuso "sacarlo del poder"? ¿Quiénes fueron sus cómplices en tan grave y verdadero complot?

Me dicen que tienen cogido del cogote a un tal Cuello Baute y que con eso lo hacen cantar hasta misa. Una vez lo vi de refilón, y ahora él 'confiesa' que hablaba conmigo en mi calidad de jefe del "cartel de las notarías". Doy un consejo a quienes lo preparan como declarante de primicias: mídanse en las mentiras, porque, 1) ¡ni un solo notario me debe haber entrado o salido de su cargo! 2) No pongan en escena a Norberto Salamanca como mi enemigo. Su familia, sus numerosos amigos, la página web de su notaría, son testigos de mi estrecha y saludable relación con él. ¡Ah!, pero tampoco intenten cambiar y decir que era mi cuota. Él no me debía nada, yo sí: muchos favores.


El Tiempo - Colombia

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