OPINIÓN| Por: ERNESTO MACIAS TOVAR | Publicado: marzo. 20, 2013
"Hay una cosa más terrible que la calumnia: la verdad", dijo el político francés Maurice De Talleyrand. Yo agregaría: terrible aquel para quien "el fin justifica los medios", porque transgrede la ética, la moral y la ley con tal de llevar a cabo sus planes.
Desde que logró una credencial de
representante a la Cámara, Cepeda se dedicó a crear una organización paralela a
la justicia con el único propósito de acusar al expresidente Álvaro Uribe y a
su familia.
Hace varios años ingresaron como
invitados al salón Elíptico del Capitolio tres paramilitares, y cuando
intervenían allí, irrumpió un joven con cara de experto agitador quien portando
una fotografía de su padre rechazó la presencia de quienes, según él, lo habían
asesinado. Se trataba del hijo del dirigente de extrema izquierda Manuel
Cepeda. Hasta ahí el rebelde tenía razón: inaudito que unos delincuentes
pisaran el recinto de la democracia así fuera por dos horas. Sin embargo, aquel
“revolucionario” es el mismo que hoy, con credencial de congresista, lucha
porque a los cabecillas de las Farc, declarados terroristas por la comunidad
internacional, les perdonen sus crímenes y lleguen al Congreso con plenos
poderes y facultades para decidir el futuro de Colombia.
Pero, hay algo muy grave en el
actuar del hijo de Manuel Cepeda, sobre lo cual quedan muchos interrogantes.
Desde que logró una credencial de representante a la Cámara y a pesar de su
condición de servidor público Cepeda se dedicó a usurpar funciones de
investigador judicial o, mejor, a crear una organización paralela a la justicia
con el único propósito de acusar al expresidente Álvaro Uribe y a su familia.
Se hizo delegar como observador
de derechos humanos en las cárceles y, bajo esa fachada, según certificación
del Inpec, visitó en 21 ocasiones a un criminal condenado por secuestro con el
fin de elaborar testimonios en contra de Uribe y su hermano; esto con equipos
de video que (Cepeda) ingresó al penal.
Ahora, dice (Cepeda) que las 21
visitas las realizó con el fin de “velar por la seguridad” del secuestrador.
Preguntas: ¿qué tiene que ver esto con las funciones del Congreso?; ¿desde
cuándo y amparado en qué ley un congresista hace investigaciones judiciales en
las cárceles?; ¿qué tipo de facultad tiene un congresista para velar por la
seguridad de un condenado por la justicia?; ¿por qué la Fiscalía recibe un
supuesto testimonio recaudado de forma sospechosa y oscura por alguien que no
tiene esa facultad legal? En este caso, ¿existen conductas que le otorguen
castigos penales y disciplinarios?
Pero, más grave aún es la
declaración del padre del secuestrador en la cual le dijo a la Fiscalía que
Cepeda le entregó sumas de $1,2 millones durante tres meses, que recibió su
esposa. Y que también les prometió asilo en Argentina y que, al no cumplirse la
promesa, les dijo que los llevaría a vivir a Barranquilla. Preguntas: ¿por qué
un congresista entrega dinero y promete asilo a cambio de “testimonios”
judiciales?; ¿de dónde salió el dinero entregado?; ¿qué facultad legal tiene un
congresista para ofrecer asilo? En este otro caso, ¿Qué delitos se configuran?
Aunque las evidencias apuntan a que no se trata de una simple calumnia, las pruebas advierten que está aflorando una terrible verdad a través de la cual, el hijo de Manuel Cepeda, presumiblemente estaría utilizando medios oscuros para fines ilegales.
Aunque las evidencias apuntan a que no se trata de una simple calumnia, las pruebas advierten que está aflorando una terrible verdad a través de la cual, el hijo de Manuel Cepeda, presumiblemente estaría utilizando medios oscuros para fines ilegales.
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