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Colombia estará bien protegidos en mis manos: Santos

Lucy Araque | 09 de mayo de 2010  lucy.araque@laopinion.com.co

Juan Manuel Santos Calderón (Foto Schneyder Mendoza/La Opinión)

En tres semanas los colombianos tienen una nueva cita con las urnas, esta vez para elegir al encargado de llevar las riendas del país durante los próximos cuatro años.

La expectativa es grande, en especial en esta zona de frontera, una de las más afectadas por la crisis desatada a mediados del año pasado con el vecino país de Venezuela, y en donde confían en el papel que cumplirá el próximo gobierno para el restablecimiento de las relaciones. Juan Manuel Santos Calderón, candidato por el partido de la U, es uno de los más opcionados a suceder al actual mandatario Álvaro Uribe Vélez. Sin embargo, es también uno de los más criticados y cuestionados por el presidente venezolano Hugo Chávez, lo que genera inquietud entre los habitantes de esta zona del país.

Este fin de semana, el aspirante, quien cuenta con una amplia trayectoria en los asuntos de gobierno, visitó Cúcuta para compartir sus propuestas y reiterar la voluntad de contribuir en la recomposición de los canales diplomáticos con la hermana República, para beneficio de los colombianos.

La Opinión conversó con Santos Calderón acerca de sus proyectos para la región de ser elegido presidente, la situación con Venezuela y los resultados de las últimas encuestas.

¿Cómo garantiza usted, en un eventual gobierno, el restablecimiento de las relaciones con el vecino país y la reactivación de la economía, teniendo en cuenta que su relación con el presidente Hugo Chávez no es la mejor?


Creo que por mi experiencia como coarquitecto de la integración con Venezuela soy el más consciente de la conveniencia de tener un comercio fluido y unas buenas relaciones con los países vecinos.

He dicho de todas las formas que, de haber respeto, cualquier par de gobernantes así piensen diferente, pueden tener buenas relaciones para beneficiar a sus pueblos, porque al fin de cuentas cuando pelean los gobernantes quienes sufren son los pueblos.

Aspiro poderme sentar con el presidente Chávez y decirle: mire, usted y yo pensamos muy diferente, pero respetemos esas diferencias y por el bien de nuestros pueblos tengamos unas relaciones cordiales. Dejemos que fluya el comercio, que fluya la cooperación y establezcamos una integración de todo tipo. Eso sería de gran beneficio para todos los pueblos.

De otra parte, le doy la bienvenida a lo que el presidente Chávez dijo hace algunos días en Unasur, que estaba listo para cerrar el capítulo y sentarse a dialogar con cualquiera que fuera el presidente de Colombia, elegido el 30 de mayo.

Por mi lado lo único que habrá es disposición e interés para alcanzar el camino de unas buenas relaciones sobre la base del respeto.

Usted plantea la posibilidad de declarar a Norte de Santander como Zona Libre ¿puede ser esta la alternativa para que la frontera no se vea tan afectada ante una crisis como la actual?

Por lo menos sería una solución estructural, no paliativa y eso es lo que estamos pensando y evaluando, si realmente es una solución que traería un beneficio permanente, qué tipo de beneficio y cómo lo medimos.

¿En cuánto tiempo se pudiera aterrizar una propuesta como esta?

Apenas se terminen los estudios y el sondeo sobre su viabilidad sería  posible dar una respuesta. El mismo  próximo 7 de agosto (día de la posesión del nuevo presidente), pudiera ser.

Dentro de su programa también se contempla la creación de un Fondo de Compensación para las fronteras ¿en qué consiste y de qué manera beneficiaría a Norte de Santander?

Nuestra política de prosperidad democrática tiene como uno de sus ejes fundamentales, romper muchos de los desequilibrios y las injusticias que han agobiado a nuestra nación durante mucho tiempo. Parte de esos desequilibrios se dan precisamente en las regiones. Las zonas de frontera, todas, son zonas que concentran el 30 por ciento de la población, pero a la vez el 60 por ciento de pobreza, son lugares atrasados.

Entonces, para romper ese desequilibrio regional, hay una idea que surgió en la Costa Caribe,  en donde propusieron crear un  Fondo de Compensaciones, parecido o con ciertas características a los fondos que utilizaban en Europa para que los países que estuvieran atrasados se igualaran con los países más prósperos a través de inversiones y compensaciones. Algo parecido va a suceder en todas las zonas de frontera y Norte de Santander se va a favorecer con ese fondo.

Estamos estudiando qué capacidad financiera podemos darle a ese fondo, posiblemente con recursos externos. Lo importante es lograr cerrar la brecha entre las zonas de frontera y el centro del país.

En materia de infraestructura, ¿cuál será su compromiso con la región, de ser elegido presidente, para generar una mayor competitividad?

Vamos a sentarnos con el Consejo de Competitividad que está presidiendo la Cámara de Comercio para analizar los proyectos que tienen, son 114 en total, y de esta manera priorizar. Lo que yo le diría a los nortesantandereanos es que hay algunas obras que son atractivas y muy necesarias como la represa del Cínera. Esa me pareció que es una obra muy conveniente y casi que de sentido común. Quisiera ser el doliente, como Gobierno,  de esa obra que, además, creo se puede conseguir mediante financiación privada.

De otra parte está la Vía del Carbón, una obra muy necesaria para poder exportar buena parte de lo que se produce en Norte de Santander. Hay también una serie de vías secundarias y terciarias que con la Gobernación (de Norte de Santander) tenemos que analizar cuáles son prioritarias y cuáles se requieren hacer a la mayor brevedad posible.

En realidad, hay un interés en que las obras de infraestructura se conviertan en prioridad para combatir el rezago que tiene el país con relación a otros con el mismo nivel de desarrollo.

Pero, ¿garantiza Juan Manuel Santos que estas obras, de las que se viene hablando hace muchos años y que se han convertido en promesa de campaña de muchos políticos, empiecen a materializarse en los próximos cuatro años?

Garantías no existen sino dos: la muerte y los impuestos. El Gobierno mío va a tener muy en cuenta al departamento de Norte de Santander para la ejecución de obras que van a ser incluidas en el Plan de Desarrollo y el presupuesto. Soy consciente de que hay obras que desde ya se pueden hacer y hay otras que es necesario sentarse a estudiar para determinar su alcance y su proyección.

Cúcuta cuenta con uno de los niveles más altos de informalidad en el país ¿qué propone usted  para lograr que cada día se generen más empleos formales y de esta manera garantizar el goce de la seguridad social y los beneficios de ley?


Nosotros tenemos un plan muy claro y concreto para generar dos millones y medio de empleos. Consiste en poner a funcionar cinco locomotoras que son: el campo, la vivienda de interés social, la infraestructura, la minería y los hidrocarburos y lo que hemos llamado la innovación, que es  tecnología, productividad y educación.

Esas locomotoras van a ayudar a crecer la economía a pasos agigantados y jalonar unos vagones como son los servicios y el comercio, que acapararán el 60 por ciento del empleo. Aparte de eso vamos a focalizar la acción del Estado para atacar las fuentes del desempleo.

En primer lugar, a los bachilleres que no encuentren trabajo y tampoco cupos en la educación superior, porque carecen de mecanismos para pagar su estudio, les vamos a dar una beca crédito para que puedan costear su paso por la universidad. Esta  solamente se deberá pagar cuando encuentren un empleo.

Aparte de eso vamos a hacer un esfuerzo de acompañamiento para todos los que quieran emprender nuevas empresas. Los primeros dos años los eximiremos  de impuestos para que puedan comenzar a volar solos y hacer viables sus negocios.

Esta zona de frontera se ha convertido en foco del narcotráfico por la facilidad que encuentran en el paso hacia el vecino país ¿cuál va a ser su estrategia para combatir este flagelo y garantizar así la seguridad en Cúcuta y el resto del departamento?


Creo que pocas personas en este país han luchado con tanta contundencia contra el peor de todos los males en el país: el narcotráfico.

Por eso, hay que seguirlo combatiendo en todas sus faces, en toda la cadena, desde los cultivos hasta ir detrás de las propiedades de los narcotraficantes que compran con el producido.

Para nosotros este asunto del narcotráfico es un problema de seguridad nacional y tengan la absoluta seguridad de que lo seguiremos combatiendo con más efectividad todavía.

Hay que reentrenar a nuestros policías para que puedan ser más efectivos en la lucha contra la delincuencia, contra las pandillas, las bandas criminales. Poder focalizar la acción del Estado en aquellas fuentes de criminalidad para cumplir una labor disuasiva, pero también represiva.

Hay que lograr mayor coordinación entre Policía Judicial, justicia y Fiscalía para que los delincuentes que se capturen no salgan al otro día. Vamos a crear una consejería especial en la Presidencia y un viceministerio en el Ministerio del Interior que va a remplazar al de Justicia para que se ocupe del tema de seguridad ciudadana. Vamos a fortalecer el pie de fuerza, la seguridad por cuadrantes. Estableceremos toda una política de seguridad ciudadana.

¿De qué manera va a luchar usted contra la corrupción a fin de lograr una verdadera equidad social y mayor confianza en las instituciones?


Tengo una fundación que se llama Buen Gobierno que viene luchando desde hace mucho tiempo contra la corrupción. Los principios del buen gobierno son: la transparencia, la eficacia y la eficiencia. Yo he aplicado esos principios en todos los cargos públicos que he ocupado y por eso no he tenido nunca problemas de corrupción.

Sin embargo, en mi gobierno voy a ir más allá. Trabajaré en una reforma constitucional para que no prescriban los delitos de corrupción. Que se dupliquen las penas contra los corruptos y estableceremos unas fuerzas élite especiales para perseguir a los corruptos en aquellos nodos donde la corrupción está más incrustada.

La salud es quizá uno de los mayores retos para el próximo gobierno ¿qué va a hacer usted para superar la crisis que tiene en emergencia al país?


Algunos elementos de la propuesta de gobierno que yo estoy presentando son muy convenientes. Implementaremos un sistema de salud viable, sostenible, equitativo y con eso vamos a mantener, por ejemplo, la propuesta de nivelar por lo alto los servicios. Vamos a nacionalizar el sistema de salud para que un colombiano pueda ser atendido en cualquier rincón del país. Vamos a mejorar la calidad del servicio para que la gente no tenga que esperar tanto en atención.

Le daremos dientes a la Superintendencia de Salud; pondremos en cintura a las EPS para que cumplan sus objetivos y vamos a hacer algo muy importante, reformaremos la Ley 100 para darle una mayor importancia. De igual manera, posicionaremos la política de prevención, porque es mucho más barato prevenir que curar.

La campaña

 La semana pasada el candidato por el Partido de la U presentó la nueva imagen de su campaña. (Foto Schneyder Mendoza/La Opinión)

¿Fue el resultado de los últimos sondeos lo que lo obligó a reestructurar su imagen y replantear la estrategia publicitaria?

Creo más bien que nos autoimpusimos, eso es propio de mentes gerenciales como la mía, siempre revisar los procesos. Sin embargo, creo que esos últimos sondeos han estado muy interesantes porque las tendencias están cambiando. La ‘ola’ (Verde) está pasando y lo que va a quedar es lo sólido, las buenas propuestas, la experiencia, los resultados. Los colombianos van a votar no con base en una ola como estas que no sabe ni para dónde viene ni para dónde va, sino con base en propuestas concretas como las nuestras.

Pero, ¿no le preocupa que los colombianos estén pensando más que en propuestas concretas en un discurso y una imagen diferente a la que se le ha presentado al país en los últimos años?


Sería una tremenda equivocación del pueblo colombiano, porque lo que está en juego es mucho más que la elección de un presidente. Es la elección de un modo de vida, de una forma de conseguir la democracia, la libertad y la paz.

¿Contra qué cree usted que se esté manifestando el pueblo colombiano que en poco tiempo le ha dado pleno respaldo a un candidato que hasta hace algunos meses no generaba mayor expectativa como Antanas Mockus?

Puede ser en contra o a favor de algo, pero estoy seguro que lo que el presidente Uribe ha hecho, su legado, va a ser defendido por los colombianos. La inmensa mayoría de los colombianos no quiere un salto al vacío, quiere la certidumbre de alguien que sepa conducir las naves, las Fuerzas Militares; alguien que cuente con la experiencia y que haya dado resultados en el Gobierno Nacional.

¿Por qué considera que los colombianos deben depositar su voto de confianza en usted el próximo 30 de mayo?

Porque yo le he servido a este país más que como político como funcionario público casi durante 36 ó 37 años. He tenido éxito en los diferentes cargos que me ha dado el honor la patria de tener. Tengo la experiencia, la preparación, los resultados. Conozco el país como la palma de mi mano, amo a mi país como lo más preciado de mi corazón y creo que puedo mantener el legado del presidente Uribe, mejorándolo. Los colombianos estarán bien protegidos y bien conducidos durante cuatro años en mis manos.

Al compararme con otros candidatos creo que esa experiencia, esa preparación y esos resultados me distinguen entre los demás.

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