opinion | molino - Septiembre 17 de 2010
No es extraño que la senadora Piedad Córdoba insista en que el mundo le reconozca estatus político a una organización terrorista como las Farc y obligue al país a entablar un diálogo con ella.
Que no se le olvide a la Senadora la obligación que tiene esa guerrilla de acabar primero con los atentados permanentes a los Derechos Humanos, como el secuestro, al que ha sometido hasta por 12 años a soldados y policías, o los ataques dinamiteros.
Tampoco se le puede olvidar que la Unión Europea, donde intercedió de nuevo por la guerrilla y arreció en contra del país, declaró como grupo terrorista a las Farc y condenó el ataque a un grupo de policías en El Doncello, a quienes roció con gasolina y prendió fuego.
En vez de ir por el mundo acusando a Colombia de la barbarie, la senadora Córdoba debería preocuparse por exigirle a las Farc que termine con el terrorismo, para, ahí sí, poder pensar en un diálogo con quienes han faltado muchas veces a su ofrecimiento de paz.
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