2 de abril de 2011 | COLUMNA| Por: Raúl E. Tamayo Gaviria
El que el hijo del expresidente Carlos Lleras Restrepo se pronuncia en contra de los corruptos, pero se ensaña contra los conservadores de manera infame y procaz.
El sacerdote de un pueblo celebrando la santa misa, empieza su sermón dominical de esta manera:
- Hermanos, hoy vamos a hablar de la mentira y los mentirosos. ¿Cuántos de vosotros habéis leído el capítulo 32 del evangelio de San Lucas?
Todo el mundo levanta la mano y el cura continúa.
- Pues a eso me refiero. El evangelio de San Lucas solo tiene 24 capítulos. Nadie puede haber leído el capítulo 32.
En el respetable diario El País se publicó le semana pasada un artículo suscrito por Carlos Lleras de la Fuente titulado Ratas de alcantarilla , en el que el hijo del expresidente Carlos Lleras Restrepo se pronuncia en contra de los corruptos, pero se ensaña contra los conservadores de manera infame y procaz.
Dice entre otras cosas el exdirector de El Espectador: "Sin querer yo distinguir entre ratas liberales y ratas conservadoras (pues hay de ambos bandos), sí he quedado consternado ante la desvergüenza de las segundas". Más adelante dice: "Es un baldón para el partido de Ospina Rodríguez y José Eusebio Caro que nadie pensó nunca que podría llegarse a esos extremos repugnantes".
Todo para rematar que no son los jefes conservadores, sino que es Álvaro Uribe, a quien llama "el padre de Tomás y Jerónimo, el que utiliza al senador Salazar como mascarón de proa para ordenar a sus huestes godas que defiendan el gobierno anterior".
Se necesita ser un "caradura" para volver con esos brotes de sectarismo partidista, sobre todo de quien fue elegido constituyente en el 91 por las listas de Salvación Nacional, al lado de Álvaro Gómez Hurtado. No quiero ni pensar qué hubiera dicho su amigo y compañero de curul en esa magna asamblea, el doctor Ignacio Molina Giraldo, o qué estará pensando el doctor Enrique Gómez.
El que es rata es rata, sea liberal o conservador, y debe ser castigado. No es más delito ser ladrón conservador que ser ladrón liberal. Al Partido Liberal no le fue muy bien en el escándalo del 8.000, en el gobierno de Ernesto Samper Pizano, del cual fue embajador el doctor Lleras de la Fuente, para tener la desfachatez de salir atacando a su propio presidente en su libro "Partitura Indiscreta" , en el cual dice que le daba vergüenza ser embajador de un país en el que a su presidente se le había suspendido la visa americana. ¿Si era tan vergonzoso ser embajador de Colombia ante el país que le negó la visa a su presidente, por qué no renunció?
Cuando estuve en la Junta de Metromed, en la administración del alcalde Luis Alfredo Ramos, se llamó al doctor Carlos Lleras de la Fuente para que sirviera de "amigable componedor", en el pleito que tenía el Metro con el Consorcio Hispano Alemán y pidió tanto por sus honorarios que era mejor pagar lo que pedían los extranjeros que contratar a Lleras. Después de eso casi quiebra al periódico de los Cano que ya era de Santo Domingo. Qué encartada nos hubiéramos pegado con él.
El doctor Alberto Mesa Vallejo, en su libro "Colombia: Salto al Vacío", en el título "Coletazo del Proceso 8.000", nos hace un listado de los implicados. No los pongo aquí, para no caer en el mismo vicio del "caradura, constituyente por el Partido Conservador", pero exministros, exprocuradores, excontralores, senadores, representantes, exgobernadores y exalcaldes, todos del Partido Liberal, fueron llamados a responder por enriquecimiento ilícito con dineros del narcotráfico. Miren la página 99 del libro citado.
Dice San Agustín, en la Carta 155: "Las verdades a medias, son mentiras enteras".
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