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Perdimos todos

4 de marzo de 2012 | COLUMNA | Por: FRANCISCO SANTOS

Estamos sin Fiscal General en propiedad. Otra vez. Llevamos cerca de tres años sin que la entidad que investiga y acusa a los delincuentes tenga la estabilidad necesaria para poder ejercer su labor.
La responsabilidad de este desastre institucional es en primera instancia de los magistrados de la Corte Suprema…
Que no eligieron a nadie de las dos ternas que envió el presidente Uribe quitándole el poder de nominación al Ejecutivo, que por cierto le da la Constitución. Algún día se escribirá con objetividad esta aberrante historia política y jurídica en la que 14 magistrados usurparon la institucionalidad al romper la separación de poderes base de la democracia.
En segunda instancia es responsable el ministro del Interior y Justicia, Germán Vargas Lleras, quien convenció al presidente Santos, culpable también, de cambiar la terna. Además, le recae un poco más de culpa al actual Mandatario por mediar el acuerdo de Palacio en el que se acordó el sainete de las presidencias de la Corte que permitió elegir los cinco magistrados que faltaban y la Fiscal con cambio de reglamento.
Santos y Vargas, sin ningún reato de conciencia institucional o jurídica, forzaron ese cambio, aceptaron la usurpación de poderes y de paso dejaron impune el gravísimo precedente de recorte de funciones presidenciales por una vía de hecho. Fue tal el descaro de lo sucedido que al Consejo de Estado no le quedó otra opción que tumbar la elección de la Fiscal. Falta ver si en el debate sobre la legalidad de la terna y en la sentencia se le regresa el poder nominador al Presidente y se cierra definitivamente este grotesco episodio jurídico que mancha la historia constitucional de Colombia.
Ahora, en este episodio perdimos todos. Perdieron las instituciones, perdió el anterior Gobierno, perdió el actual y perdió la seriedad jurídica de un país que se preciaba de ella. Quizás el único ganador de este embrollo es el Consejo de Estado donde prevaleció el debate jurídico por encima de las brutales presiones políticas e ideológicas a las que fueron sometidos.
Pierde el gobierno anterior porque no hay Fiscal que se dé el lapo de mirar con objetividad los casos contra los funcionarios del gobierno anterior. Ya los condenaron ante la opinión pública, hasta la misma Fiscal lo hizo en su discurso de salida, y es casi imposible reversar esta dinámica que tiene como aliado al actual gobierno.
Pierde este gobierno porque cae su castillo de naipes judicial, porque la 'heroína' que deja el cargo se encargó de decirle al mismo Presidente mentiroso impunemente y porque deja una Justicia institucionalmente herida. También pierde el expresidente Samper, nuevo mejor amigo de Santos, y su séquito pues les fue imposible mantener su ficha en la Fiscalía.
¿Podrá salir algo bueno de este triste episodio? Quizás en primera instancia que se detenga el proceso de encubrimiento que se estaba dando frente a algunos de los cerebros del carrusel de la contratación en Bogotá. Y de pronto que el país se dé cuenta de la necesidad de una verdadera reforma a la Justicia en la que la Fiscalía pase a ser parte del Ejecutivo.
Esto, por ahora, es harina de otro costal. Mientras tanto todos a lamernos las heridas y alistarnos para la siguiente batalla. ¡Qué tristeza!

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