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Dic 10 de 1948
Peláez y Gardeazábal agosto 1 de 2018
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Alzate y la cuestión social - Remember Alzate

Domingo, 10 de Octubre de 2010 Editorial de El Nuevo Siglo

Una visión del pensamiento del dirigente caldense conservador, de quien se conmemora por estos días el centenario de su nacimiento
*Cien años de su natalicio
*Conservatismo clásico y nacionalismo 

Al cumplirse un siglo del nacimiento de Gilberto Alzate Avendaño, el 10 de octubre de 1910, la mayor parte de quienes le acompañaron en la política o lo combatieron han desaparecido, son pocos los que conocen sus postulados y la razón de ser de su vida. 

Descendiente de generales conservadores que combatieron por sus ideas en las guerras civiles, sentía una cierta nostalgia por la carrera de las armas, a sabiendas de que dado su temperamento díscolo y propenso a la controversia, su ambición no cabía en un uniforme, ni estaba para la rígida disciplina castrense. Así que opta por graduarse como abogado en la Universidad de Antioquia en 1936, especializado en derecho constitucional y mercantil. 

Alzate se siente atraído como muchos jóvenes conservadores de la época y, particularmente, de Manizales por las ideas de Charles Maurras, ideólogo de la Acción Francesa, que simpatizan con Hitler y Mussolini, como con José Antonio Primo de Rivera, al observar que la socialdemocracia y las democracias liberales europeas fracasan en la lucha contra el comunismo moscovita en expansión.

Laureano Gómez es el jefe del Partido Conservador que asume la responsabilidad de oponerse a los sucesivos gobiernos liberales y la revolución en marcha, era por entonces el más fogoso orador del Congreso y entre sus laureles figuraba la defenestración tras un sonado debate en el Congreso del presidente Marco Fidel Suárez.

Laureano Gómez, el Catón colombiano, era un político al que, según el decir de Guillermo Valencia, apenas se le podía amar u odiar. Y daba la casualidad de que el dirigente conservador había estado representando a Colombia en Alemania. 

De regreso al país publica El Cuadrilátero, un libro en donde estampa su admiración por Gandhi y su hostilidad por Adolfo Hitler, Benito Mussolini y José Stalin. 

Así que dada la adhesión a las ideas de los nacionalistas europeos por parte de los nacionalistas colombianos, en especial de Alzate, es de entender los roces que se presentaron por la forma como se debía enfrentar desde la oposición al Gobierno, con métodos tradicionales y la acción directa por cuenta de Gómez; en tanto Alzate simpatizaba con tácticas al estilo de las que enunciaba Curzio Malaparte y defendía José Antonio Primo de Rivera, vino el antagonismo y se produjo la salida del Directorio de este último. Quien se retira por casi una década de la política activa nacional.

Hernando Téllez, buen amigo y admirador de Alzate, nos describe su vocación de caudillo predestinado "de acuerdo con su mismo testimonio, irremediablemente al poder. Considera que ese destino sufrió una lamentable, pero eventual frustración, con motivo de la derrota de las armas alemanas... Rommel en el África y Von Paulus en Stalingrado, le jugaron, afirma, una mala partida. Su inmediato porvenir político, en ese entonces, y el de Adolfo Hitler, se hallaba, según asegura, ligados en el tiempo y en el espacio... Las Naciones Unidas estaban luchando, sin saberlo, también contra Alzate. El triunfo de Alemania habría sido el triunfo de las derechas en el mundo. Y en el mundo estaba Colombia. Y en Colombia estaba Alzate. Ese su sencillo y modesto razonamiento”.

Y eso era cierto para muchos dirigentes nacionalistas y católicos de la región empujados a la extrema derecha por el instinto defensivo de conservación, temerosos de que su modelo de vida se derrumbara por cuenta de la lucha de clases que predicaba el comunismo.

Pese a su derechismo los nacionalistas coquetean en algunos momentos con las administraciones liberales o éstas con ellos, en tanto muestren los dientes afilados contra el principal dirigente de la oposición, Laureano Gómez, que reina en la política por largos años y aprovecha la división liberal para apoyar una jugada maestra y tácticamente a Jorge Eliécer Gaitán, para lanzar a última hora la candidatura presidencial de Mariano Ospina Pérez, al que el conservatismo unido lleva al poder.

El conservatismo se divide tras la muerte de Jorge Eliécer Gaitán, cuando el presidente Ospina llama a colaborar a los liberales y Laureano Gómez sale al exilio voluntario. Reclamado por sus seguidores vuelve al país para hacer campaña y conquistar la Presidencia. Alzate pasa a la oposición en Diario de Colombia, donde se consagra como formidable escritor.

La fatal división conservadora precipita el golpe militar. Hasta que Alberto Lleras y Laureano Gómez pactan el Frente Nacional. Alzate le hace al famoso pacto algunos reparos de tipo político constitucional, sin dejar de reconocer la necesidad de apagar el incendio de la violencia partidista.

En el famoso debate en el que participa Gilberto Alzate en la Cámara, desde los bancos de la oposición se defiende de los cargos que le hacen inexpertos representantes conservadores por la compra de la embajada de Colombia en Madrid, que refuta. Sin alcanzar a cruzar armas con Laureano Gómez, como pretenden algunos cronistas que lo rememoran por estos días del aniversario de su natalicio.



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