Por: RICARDO DE JESÚS CASTIBLANCO BEDOYA
DE LO QUE NADIE HABLA
Elmer Triana, alías Patamala, se convirtió en el ejecutor del terrorismo del Plan Renacer de las Farc, como segundo al mando en la cuadrilla criminal Teófilo Forero de la organización terrorista, era responsable de múltiples crímenes contra la población colombiana; cuando fue abatido estaba en la tarea del Plan Renacer, incrementar el terrorismo para doblegar la voluntad del pueblo colombiano, fortalecida por los resultados de la Política de Defensa y Seguridad Democrática.
Lo que el narcoterrorismo no ha logrado en el campo militar, sin embargo se agita en el campo jurídico-legal, quien se haya opuesto a las intenciones totalitarias de las Farc o Eln, es reo de juicio, quienes los hayan apoyado son sujetos de inhibiciones por parte de nuestros jueces y fiscales. El narcoterrorismo tiene socialmente pista libre, no importan las pruebas, lo importante es demostrar que el Estado es ilegítimo.
Ni uno solo de los Fiscales que han fungido ese cargo ha sido penalista, tal vez la excepción sea Alfonso Méndez, pero nunca la Corte Suprema de Justicia se relevó de elegirlos por las consideraciones que hoy expone, en tanto tal condición no está establecida en la Constitución o la Ley; tal vez hoy pueda justificarse nuestro poder judicial diciendo que a ello obedecen los juicios contra altos oficiales de las Fuerzas Militares como sucede en el caso del Almirante Arango Bacci, privado sin razón durante 16 meses de su libertad y por toda una vida de su honor, mientras se demuestra y acepta por parte del ente acusador, que las pruebas obrantes en su proceso eran producto de una vindicta de la mafia que combatió.
Pero seguramente, la impoluta Corte Suprema de Justicia, que se ha negado a investigar no solo las vinculaciones de sus propios componentes con mafias del narcotráfico, sino que se declaro inhibida para conocer de la farcpolítica, siga haciendo durante un tiempo, uso de la máscara pétrea que le impide discutir de cara a la opinión pública sus razones para torpedear el Estado Social de Derecho.
El siglo de los jueces declaró el señor Presidente del alto tribunal no pude ser aceptado por el mero hecho de que uno de los pontífices de la justicia colombiana hubiere terminado como candidato de la oposición, paso que siguieron muchos de los magistrados que aspiraron o fueron derrotados en las urnas. Ello solo significaría que volveríamos al tiempo de la violencia partidaria, donde los fallos de los jueces convendrían solamente al interés político de quien manejaba el poder o se oponía a él.
Oponerse a Uribe no debe ser significado de oponerse al modelo de Estado que se ha construido con sangrientos sacrificios en los últimos 55 años, algo debe respetarse de la sangre derramada, de los sufrimientos y el dolor sufridos; los miles de inocentes sacrificados por obra y voluntad del narcoterrorismo también merecen una verdad, un a justificación, el reencontrarse con sus miembros ausentes. No deben ser objeto o mercancía de intercambios como propone Piedad Córdoba frente a los restos del Mayor Guevara de la Policía Nacional, eso sería la degradación absoluta del negocio del secuestro y la extorsión iniciado por las Farc y continuado hoy de cara al próximo período electoral.
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