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Peláez y Gardeazábal agosto 1 de 2018
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¿Venganza criminal contra el Gobierno de Uribe?

8 de diciembre del 2010 | ENTREVISTA| Por Ana Mercedes Gómez Martínez y el Equipo de Dirección

Manuel Saldarriaga | "¿Cómo condenan a unos ministros sin escucharlos, por una autoincriminación de una señora (Yidis Medina) cuya capacidad de mentir, todos los días se comprueba más?
EN SU PRIMERA entrevista para la prensa escrita en Colombia, luego de terminar su mandato, el 7 de agosto, el ahora exPresidente Uribe, habla de temas cruciales y polémicos que ha tenido que enfrentar.
Sereno y combatiente, y con la agudeza que lo caracteriza, el exPresidente Álvaro Uribe Vélez respondió a todas las preguntas sobre las acusaciones en su contra y temas candentes de la vida nacional.

Dio la hipótesis sobre la existencia de "una venganza criminal" contra su Gobierno.

Sobre el tema de las grabaciones e interceptaciones a la Corte Suprema de Justicia, el exPresidente dijo: "Uno de los magistrados, según lo que dicen esas grabaciones, es que el presidente Uribe era el responsable de los atentados contra su seguridad. Cuando yo leo eso digo: aquí hay dos pecados graves, el pecado de poner una grabadora en la Corte, y el pecado de las declaraciones de algunos magistrados. Yo creo que ambas cosas tienen que investigarse".


Usted ha dicho que no tiene pelea personal con la Corte Suprema de Justicia (CSJ), pero que sí cree que algunos magistrados están en su contra, además de Jaime Arrubla y Augusto Ibáñez...

"Quiero saludarlos a todos ustedes, a los directivos de EL COLOMBIANO y a todos los lectores del periódico y agradecerles inmensamente esta entrevista.

El Gobierno nuestro apoyó enormemente a la Justicia. Su presupuesto creció en valores reales por encima del 50 por ciento. Adoptamos el arancel judicial. Desatrasamos al país en nivelaciones de jueces, de magistrados y personal auxiliar. Sacamos la ley estatutaria de descongestión. Por primera vez la Corte Suprema de Justicia tuvo un cuerpo de investigación propio. Adoptamos el sistema penal acusatorio. Se reformaron los códigos y se actualizaron. En dos ocasiones modificamos la extinción de dominio que se constituye hoy en una legislación moderna y ejemplar. Todo esto muestra nuestro apoyo a la Justicia.

Ahora, tuve discrepancias con algunas sentencias de la Corte Suprema que tienen que ver con el orden público y con las relaciones internacionales. En el orden público, por ejemplo, nosotros siempre afirmamos que todos los sectores criminales que violan el Estado de Derecho, jurídicamente deben ser tratados en el mismo nivel.

Por eso discrepé de la sentencia que le reconocía a la guerrilla delitos políticos y a los paramilitares no. No obstante que yo estoy en desacuerdo de que en una democracia tan amplia como la colombiana haya delito político.

Tuve desacuerdos en algunos puntos, creo que hay que respetar la independencia de las organizaciones pero eso no impide que haya deliberación. Hay algunas materias como el tema de las relaciones internacionales y el orden público que atañen al Ejecutivo. Por ejemplo, sobre el tema de la extradición, también hablé mucho con la Corte porque es un tema de relaciones internacionales y finalmente el que las dirige es el Ejecutivo.

El doctor Arrubla y el doctor Ibáñez fueron a mi oficina cuando yo era Presidente. Recuerdo que un día les dije: renunció el doctor Juan Ángel Palacio, vamos a entonces a sustituirlo en la terna, y ellos me contestaron que quedaba el impase superado, que procederían incluso a una sesión extraordinaria para elegir Fiscal.

Me sorprendió que días después saliera el doctor Ibáñez a decir todo lo contrario en los medios. A mí siempre me preocupa que en lugar de haberme dicho: mire, lo que acordamos con usted no lo aprobó la Sala de Gobierno, ellos salieran a decir algo que no representaba la verdad, sobre todo cuando había un buen diálogo con nosotros en la Presidencia. Ellos pudieron haberme dicho que reabriéramos ese diálogo, que lo acordado no lo aceptaban en la Sala de Gobierno y hubiéramos buscado otra salida. Me habría gustado que hubiera diálogo.

A mí me parece que cuando el diablillo de la política empieza a determinar decisiones o el discurso de algunos magistrados, como se ha escuchado en los últimos tiempos en el país, se le hace mucho daño a la Justicia".

¿Por qué cree que la CSJ acepta las mentiras de Yidis pero sentencia a los doctores Sabas Pretelt y Diego Palacio sin oírlos?

 
"Primero, yo respeto enormemente a la Justicia. Tengo discrepancias con un sector de la Corte Suprema de Justicia, pienso que allí tienen una idea equivocada de que en el Gobierno había un propósito para desacreditarlos. Eso es una idea que nada tiene que ver con la realidad. Segundo, le aceptan una autoincriminación a la señora Yidis Medina y en esa sentencia refieren a los doctores Sabas Pretelt y Diego Palacio, de manera que les hace mucho daño. Prácticamente los condena, pero no los escucharon. Eso es muy grave. Entonces, ahora la Sala Penal de la Corte, frente al caso del doctor Sabas Pretelt, se declara impedida. ¿Por qué no los escucharon en su momento y ahora la Sala Penal se declara impedida? ¿Y además cómo se acepta una autoincriminación de una persona como Yidis Medina, sin escuchar a los ministros, cuando está comprobada la capacidad de decir mentiras de esta señora?

Voy a referir algunas mentiras de esta señora. Ella dijo que ella le pidió al Gobierno un contrato en Ecopetrol porque no le habían cumplido el resto. Yo recuerdo que dije: no, por Dios, no permitamos el chantaje. Entonces, mi pregunta es: ¿le cumplieron con el cohecho o no le cumplieron? Ella misma dice que no le cumplieron. Entonces, ¿dónde está el cohecho?

 
Otra mentira reciente de la señora Yidis Medina. Ella niega que haya incumplido las obligaciones de casa por cárcel. La misma Corte comprobó que las incumplió, por eso le revocaron el beneficio de casa por cárcel y está nuevamente en la cárcel.

Ayer me llegó a mi e-mail un extracto de la publicación de un libro de un señor Villegas, un libro de Yidis Medina, donde la señora hace ya unas afirmaciones que, más que mentiras rechazables, se convierten en mentira repugnante. Unas afirmaciones obscenas, da vergüenza repetirlas, de reuniones conmigo cuando yo tuve con ella las siguientes reuniones: una reunión con la bancada conservadora, yo hice muchas reuniones de bancada a lo largo del Gobierno; y otra reunión a la que asistieron muchas personas en la Secretaría General de la Presidencia, donde yo entré un momento. Lo que esta señora afirma en este libro prueba ya el extremo de la mentira. Mi pregunta es: ¿cómo condenan a unos ministros sin escucharlos, por una autoincriminación de una señora cuya capacidad de mentir, todos los días se comprueba más?

Ese libro de este señor Villegas, unos párrafos me llegaron ayer, la verdad es que golpea mucho leer semejante mentira. De unas reuniones obscenas conmigo, dice la señora Yidis Medina, se lee eso y uno dice: ¡Adónde estamos por Dios!"

¿Usted tiene sospecha de quién pudo estar detrás de la señora de los tintos en el caso de la grabadora aquella en la CSJ?

 
"Creo que tiene que haber un propósito criminal. Yo no descartaría la hipótesis de una venganza criminal contra nuestro Gobierno. Nuestro Gobierno extraditó a casi 1.200 personas, desmontó el paramilitarismo, el Eln quedó en su mínima expresión, debilitó bastante a las Farc, hubo una disminución esencial de cultivos ilícitos. Nuestro Gobierno en los últimos años decomisó cerca de 15.000 bienes ilícitos, o sea, hay mucho interés potencial en vengar a nuestro Gobierno. Yo recuerdo cuando llegué al íntimo convencimiento de que los 14 señores de las organizaciones paramilitares no estaban cumpliendo con la ley de Justicia y Paz y que era un peligro para el orden público su permanencia en el país y tomé la decisión de extraditarlos. Teníamos el temor de que las tutelas impidieran la extradición. Por primera vez lo voy a decir: hubo que extraditarlos un fin de semana, yo recuerdo que le dije al General Naranjo: para que no vayan a frenar esta extradición con tutelas, yo le ruego que, como el lunes es día de fiesta, que el martes antes de las 8 a.m. estén en el espacio aéreo de Estados Unidos. Y todo ese largo fin de semana se trabajó en esa extradición y alguno de mis interlocutores me dijo: ¿El Gobierno está dispuesto a soportar las venganzas? Otro de los interlocutores me dijo: ¿Presidente, vamos a hacer esta extradición, y quién nos cuida a nosotros después de que dejemos estos cargos? Y preguntas y expresiones similares recibí cuando firmamos varias extradiciones, cuando firmamos la extradición de Simón Trinidad. O sea que, condiciones hay para no descartar un ánimo de venganza del crimen, porque me pregunto: a quién en el Gobierno se le ocurre pagar un dinero para que se instale una grabadora en la Corte Suprema. Por eso es muy importante en este caso y en muchos otros, investigar quiénes fueron los autores intelectuales.


A propósito de grabaciones, hay dos temas. La grabación al interior de la Corte y las interceptaciones. Sobre las grabaciones al interior de la Corte, repito, a quién se le ocurre pagar un dinero, quién lo pagó para que pusieran esa grabadora, y leí después el 31 de octubre en el periódico El Espectador unas referencias y/o transcripciones de lo que dijeron algunos magistrados. Uno de los magistrados, según lo que dicen esas grabaciones, es que el presidente Uribe era el responsable de los atentados contra su seguridad. Cuando yo leo eso digo: aquí hay dos pecados graves, el pecado de poner una grabadora en la Corte, y el pecado de las declaraciones de algunos magistrados. Yo creo que ambas cosas tienen que investigarse. Y hay otros casos en los cuales no se ha clarificado la autoría intelectual.

Por ejemplo, le llevaron a la revista Semana una grabación de unas conversaciones entre un agente de la DEA y el magistrado auxiliar Iván Velásquez y le dijeron, estas grabaciones las mandó a hacer el Gobierno. Yo supe eso porque lo publicaron ahí y yo dije: ¡Por Dios, detrás de esto lo que hay es ánimo de perjudicar al Gobierno, ánimo de desacreditar al Gobierno! Y todos los días les insistía a la Policía y a la Fiscalía: ¿Por Dios, quién hizo esto? Supe que quedaron presos un humilde agente del CTI y un humilde agente de Policía. Mi pregunta es: ¿Dónde está el autor intelectual?"

1 comentarios:

¡Adónde estamos por Dios!

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