Los colombianos no solamente tenemos el más legítimo derecho sino la obligación moral de hacernos cargo del conflicto que ha surgido y que se ha expresado de tan mala manera y en tan peligrosas circunstancias, en tan dañinos estilos entre la Corte Suprema de Justicia y el gobierno nacional, el presidente de la república para ser más exactos.
Desde hace mucho tiempo venimos criticando las posiciones y la doctrina de la Corte Suprema de Justicia en temas que son decisivos para el país, no nos pareció correcta, ni admisible, ni moralmente posible,
la conducta de varios magistrados de la Corte Suprema, cuando se dejaron invitar y sobornar por miembros de la mafia, esa es una conducta que tiene que ser examinada algún día constitucionalmente el deber de hacerse cargo de las conductas de la Corte.LaComisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes tiene a su consideración, a su cuidado las denuncias que se han presentado por las conductas de la Corte en sus relaciones con dos personajes que el país tiene que conocer a fondo: el señor Ascencio Reyes que es socio y amigo de miembros de la mafia inclusive algunos de ellos extraditados como mafiosos a los Estados Unidos y el señor Giorgio Sale, un aventurero italiano que paró en Colombia sin que sepamos exactamente cómo ni por qué, y que cobró una influencia enorme a través de unas amistades peligrosas y dañinas con magistrados de las Altas Cortes, del Consejo Superior de la Judicatura y de la Corte Suprema de Justicia, de eso no se puede desentender la nación…
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