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¿Dónde están las superestrellas de Santos?

23 de Julio de 2011 | Opinión | Por: Carlos Andrés Pérez
Y ni hace falta hablar de Rodrigo Rivera, uno de los fiascos más grandes que haya pasado por gobierno alguno. El hombre al que desde el principio le quedó grande el traje…

La gran mayoría de los colombianos nos sorprendimos cuando Juan Manuel Santos empezó a anunciar la nómina de lujo que iba a tener a su lado como ministros durante su gobierno: hombres y mujeres preparados, que habían ejercido cargos de alta competencia y tenían un respeto innegable en el país. Había una combinación de políticos y administradores técnicos en sus justas proporciones, lo que le permitía al Presidente delegarles a los mejores, las labores de gobierno.

Sin embargo, a medida que pasaban los meses, estos ministros se dedicaron a rehuirle a los problemas: la fuerza de las cinco locomotoras que el entonces candidato Santos prometió, fue desmontada desde el principio por Juan Carlos Echeverry, el responsable de Hacienda, que decía que no había plata para todas.

El retraso en obras que el actual ministro Germán Cardona se encargó de criticar, a la vez que pintaba pajaritos en el aire para mostrarse como la solución, hoy es uno de los más rotundos fracasos de este gobierno, que sólo se va en proyecciones. Con un agravante: dirigentes de varias regiones del país (Antioquia incluida) han manifestado públicamente su rechazo al poco valor de la palabra del Ministro (por ejemplo, dos veces anunció sin ruborizarse el inicio de obras en la importante vía Ancón-Primavera, y nada).

De otro lado, vivimos un brote de minería ilegal que Carlos Rodado Noriega, el titular de Minas, no ha sido capaz de controlar: la mitad de los municipios colombianos tienen este problema, que el propio Presidente ha catalogado como uno de los mayores financiadores de grupos al margen de la Ley.

Y ni hace falta hablar de Rodrigo Rivera, uno de los fiascos más grandes que haya pasado por gobierno alguno. El hombre al que desde el principio le quedó grande el traje y que llevó a Santos a reconocer que su administración "no ha sido del todo efectiva" en lo que paradójicamente creíamos que iba a brillar: la seguridad.

Para cerrar este grupo de 'lujo' nos encontramos casi a diario al vicepresidente Angelino Garzón hablando de todos los temas, modus operandi que hace parte de su clarísima agenda electoral, y que termina por enlodar el aura de las superestrellas que creímos (yo, el primero), iba a ser un gabinete que marcaría historia en Colombia.

En conclusión: un año es el 25% del tiempo que tiene asignado este gobierno para llevar a cabo sus promesas de campaña y la relación de efectividad que vemos en la mayoría de los ministros de Santos deja mucho qué desear (salvo unos pocos como Juan Camilo Restrepo y Germán Vargas Lleras). No había tal gabinete de lujo y la mayoría de los responsables de carteras, que en pocos días cumplirán su primer año, se han destacado por ineficientes y por ser tibio su jefe.

P.S.: Con la entrada del Partido Verde a la Unidad Nacional, Santos queda con cerca del 95% del Congreso en su bolsillo. Tiene prácticamente lo mismo que su 'nuevo mejor amigo' cuando a la oposición venezolana se le ocurrió la 'brillante' idea de no presentarse a elecciones legislativas en 2005 y sólo se eligieron dirigentes chavistas. Vergüenza de los verdes prestarse a semejante manoseo.

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